Nuestras calles sanjuaninas tienen la particularidad de haber cambiado sus nombres por varios motivos. En ocasiones, por opiniones de los que rigen el destino político. También sucedió, por la reconstrucción de la ciudad, luego del sismo de 1944, que provocó un quiebre arquitectónico y cultural. Lo sugestivo es que a veces, las denominaciones nacían de las ideas de la propia comunidad, que calificaba a una arteria tomando como referencia algún sitio característico apostado en ella.

 

 

La imagen muestra el sector de avenida Libertador entre España y Las Heras, que hace más de 40 años se le llamaba popularmente: “Calle de la báscula”.

 

 

En ese sentido, solía ocurrir que este nombre coexistía con la denominación oficial, que generalmente se inspiraba en determinados sucesos o en algunos personajes de nuestra historia. Un ejemplo de ello y de acuerdo a la tradición oral, en una época existía la “calle de la báscula”. Estaba situada sobre la actual avenida Libertador San Martín, entre España y Las Heras. El nombre procedía de una balanza que allí se había emplazado. También la actual arteria 25 de Mayo, entre Las Heras y Urquiza, era llamada “calle de los monos”, debido a la existencia de un pequeña jaula que recluía a un grupo de estos animales.

En nuestro espacio citadino hubo numerosas y tradicionales calles que transitaron por esta situación. Una de ellas es la existente y concurrida calle Laprida. La tradicional vía ha tenido diferentes nombres. Se la solía llamar “calle elegante”, debido a su hermoso aspecto, también en ciertos momentos se la calificó como “calle vieja”, por ser una de las más antiguas de la ciudad. Aunque otras versiones expresan que tal apodo obedecía a que la arteria era “la principal vía que salía a los departamentos del Este como Caucete y 25 de Mayo”. Finalmente, el nombre que perduró fue el presente. Como datos anecdóticos en esta calzada funcionó la “Escuela Superior de Niñas” y en las cercanías, donde actualmente reside la familia Lillia, se ubicaba la escuela José Ignacio de la Roza, luego en las inmediaciones se estableció la concesionaria de la agencia Ford, próxima a una estación de servicio y años más tarde “Mercado Hermanos”, que vendía autos Citroën.

Otro ejemplo es la actual calle San Luis. En tiempos lejanos se la denominó como “calle del hospital”. El nombre arrancó del antiguo Hospital San Roque, situado sobre esta calzada, entre Jujuy y Avenida Rioja. Este nosocomio cumplió en otrora una substancial función sanitaria. De igual forma existen versiones de otra denominación (calle Lavalle), pero no prosperó. Ya en 1887 se la llamaba San Luis. Fue en esta calle donde se emplazó, y aún está, la escuela Bernardino Rivadavia. También en esta arteria, en la confluencia con Aberastain, funcionó el Escuadrón de Seguridad. Asimismo se hallaba el consultorio de aquel recordado médico que hizo de su profesión un apostolado: don Segundo Riveros. Para concluir, en esta calzada se situaba la tradicional Plaza San Pantaleón, lugar donde los atletas sanjuaninos realizaban estupendas competencias gimnásticas, consecuencia del surgimiento de importantes clubes futboleros.

 

>> Calle “La báscula”

Se le llamaba “Calle de la báscula” a un tramo de la avenida Libertador San Martín entre avenidas España y Las Heras. Ese lugar era parte del Ferrocarril San Martín. Allí había precisamente una báscula en la que se pesaban los camiones con cargas que llegaban o se enviaban por tren. Esto sucedía hasta fines de la década de 1970. 

Cuando el ferrocarril entró en su crisis terminal, dejó de funcionar “la báscula”. Pero los sanjuaninos que iban al centro en colectivo, por lo general le decían al chofer: “dejemé en la báscula”.

A principio de la década de 1990 las paredes que hacían de perímetro en ese sector, fueron derribadas y “apareció” de la nada una plazoleta a la que le llamaron “Julieta Sarmiento”. Luego, con la construcción definitiva del Centro Cívico, esa plaza también desapareció para formar parte de la historia de San Juan, en la denominada calle de “La báscula”.