Entre el 6 y 7 de agosto, en el mejor de los escenarios, las clases presenciales volverán en San Juan, anunció ayer el ministro de Educación, Felipe De los Ríos, tras la reunión del Consejo Federal de Educación que aprobó el protocolo nacional para el retorno a las escuelas. De todos modos, cada jurisdicción tendrá sus particularidades y la provincia ya cuenta con las suyas: las clases comenzarán por ahora sólo con los alumnos de los últimos años de las escuelas primarias y secundarias y habrá entre 15 a 20 estudiantes por aula.
“Volveremos a la presencialidad con un escalonamiento de forma sincrónica y asincrónica. Esto significa que comenzarán primero los alumnos de los últimos años de Primaria y Secundaria, excepto por ahora el Nivel Inicial y Educación Especial, y gradualmente iremos sumado secciones con el paso de las semanas. Además, que sea sincrónico o asincrónico implica que los estudiantes se distribuirán entre 15 y 20 por aula, alternando una semana presencial y otra virtual”, explicó De los Ríos.
Desde el próximo lunes por la tarde, las autoridades de Educación se reunirán con los gremios docentes para avanzar en los detalles del protocolo y en un ámbito paritario (no en paritarias, aclararon), mientras que durante el receso de invierno los funcionarios del Ministerio avanzarán en el andamiaje previo a la capacitación que deberán recibir los docentes. Así, la última semana de julio capacitarán a supervisores y los primeros días de agosto harán lo propio con directivos y no docentes, para que si todo avanza sobre rieles antes de la segunda semana del mes que viene se abran las escuelas para los alumnos. “La intención es comenzar las clases uno o dos días antes de que finalice la primera semana de agosto”, destacó el ministro.
Se vienen días entonces de intenso trabajo, en el que irán surgiendo confirmaciones sobre aspectos particulares propios del complejo sistema educativo. Por un lado, deben definir cómo aplicar el protocolo en los niños de las salitas de 5 años de Nivel Inicial (por ejemplo, el distanciamiento), un aspecto por el cual no empezarán por ahora.
A su vez, no descartan modificar los horarios de ingreso y salida de Primaria y Secundaria, para evitar picos en el transporte público; lo que no implica que habrá partición de turnos (ya está absolutamente descartado que un grupo de alumnos tenga clases más temprano que otro en Mañana o Tarde).
Por su parte, también van a afilar el lápiz en casos de escuelas que sólo tengan una sola división de Sexto grado, pues en ese caso los chicos irán de lunes a viernes. En aquellas escuelas con más grados, la mitad de los alumnos irá una semana y la siguiente lo hará el resto; pero eso puede cambiar si los establecimientos tienen aulas y personal docente disponibles, entonces los maestros de Sexto le darán clases a una mitad y docentes de Quinto o Cuarto grados podrán hacer lo propio con los demás, evitando así la alternancia entre semanas. Sin embargo, este sistema no podrá aplicarse en la Secundaria, pues los profesores son designados por horas cátedra y no por cargos.
“Si la situación sanitaria de la provincia se mantiene como hasta ahora y no hay virus circulante, gradualmente iremos sumando alumnos a la presencialidad, para alcanzar a la totalidad entre agosto y noviembre”, apuntó De los Ríos, aunque en ese aspecto se mostró más que prudente para especificar cuáles serán los grados o años que irán recuperando la presencialidad después de aquellos que están terminando la Primaria y Secundaria y que son los que tienen prioridad.
“Sabemos de la expectativa de los papás y los docentes por el regreso a clases y sabemos también que hay cierto temor, que es aceptable y entendible. Por eso, la política pública debe hacer todo lo posible para garantizar que eso vaya menguando a medida que transitemos la presencialidad”, dijo De los Ríos.
La nueva normalidad
El protocolo de Nación, que cada provincia adecuará, indica que las escuelas deberán contar con agua potable, jabón y alcohol en gel. Los alumnos, docentes y personal administrativo deberán usar tapabocas en todo momento.
En los pasillos, baños o patios, el distanciamiento obligatorio será de 2 metros. En las aulas será de al menos 1,5 metros y con nueva distribución (ver infografía).
En los recreos no saldrán todas las divisiones al mismo tiempo, a la vez que no habrá actos escolares. Si se detecta un caso sospechoso o positivo, hisoparán al estudiante o docente, rastrearán sus contactos estrechos y al día siguiente suspenderían las clases en la escuela.