Maximiliano Andino, un abogado sanjuanino de 28 años, empezó a planear su viaje al Mundial de Rusia desde hace  poco más de un año. Nunca imaginó las peripecias que atravesaría  hasta llegar: eternas esperas en distintos aeropuertos, caminatas de más de dos horas y problemas con el idioma, alguna de ellas.

 

El viaje de Maxi tuvo varias etapas y comenzó el 2 de junio cuando dejó San Juan y llegó a Buenos Aires  para partir a Frankfurt, con una escala de 10 horas en Sao Paulo.

 

Dentro del itinerario el sanjuanino tenía previsto viajar a Londres para  visitar a un amigo y juntos compartir unos días en Amsterdam. “El vuelo se retrasó 4 horas y me di cuenta que debían darme algún tipo de indemnización. Reclamé y tienen que reembolsarme unos 250 euros”, contó el abogado que le sacó rédito al mal trago.

 

 

El próximo paso fue viajar en colectivo a Bruselas, Bélgica, para aprovechar un vuelo económico que lo llevara hasta el lugar del mundial.

 

“En Bélgica recorrí  la ciudad caminando, es bastante chica y se puede hacer en un día, entonces decidí no pagar hostel e irme a dormir al aeropuerto. Para llegar me tenía que tomar un tren, pero me colgué y las boleterías cerraron, la máquina que vendía ticket no aceptaba mis tarjetas y no me quedaban euros como para pagar taxi, así que me fui caminando a aeropuerto. Fueron más de 2 horas y media caminando, con una mochila de 10 kg en la espalda,  cuando llegue los pies no me daban más”, relató entre risas el jugador de calise, equipo de la Liga Profesional.

 

El vuelo, por económica incluía  una escala de 10 horas en Grecia, después de las cuales finalmente pisó Rusia.

 

 

Hace tres días Maxi vive su sueño mundialista, comparte  mates y hospedaje con otros argentinos a la espera del arribo de otros sanjuaninos  con las que se contactó.

 

Con su bandera con el nombre de la provincia bien grande, el sanjuanino duerme poco para disfrutar de cada rincón de Rusia y seguir a la selección en este Mundial.