Construcción. Uno de los pilares de la gestión uñaquista es la construcción de casas del IPV. En los últimos años, el Ejecutivo, a través del IPV viene edificando unas 4 mil casas por año.

 

Luego de que la Cámara de Diputados aprobara el jueves los cambios para que las cuotas de las casas que entrega el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) se actualicen con el tiempo, desde la repartición trabajan para implementar la medida en octubre, con la próxima entrega de barrios. El sistema de cobranza será a través de un sistema que permite que el monto de las cuotas acompañe el alza de los precios y que la misma no pierda valor con el tiempo, por lo que dejarán de ser fijas. Para generar tranquilidad en los futuros beneficiarios, el titular del IPV, Juan Pablo Notario, aseguró que las cifras serán acorde a los ingresos de la familia beneficiada, ya que el valor no podrá superar el 20 por ciento del ingreso total del grupo familiar. Además dio como ejemplo que el pago de la primera cuota rondaría hoy los 2.800 y 3.000 pesos, cuando representa unos 3.500 pesos desde fines del año pasado. También indicó que el resto de las cuotas serán la tercera parte del importe mensual de lo que cuesta el pago de un crédito similar en la banca privada, con la diferencia que el plan oficial es a tasa cero.

El cambio que impulsó el Ejecutivo para el IPV es histórico. El mismo tiene por objetivo que la repartición cuente con aportes propios para la construcción de viviendas y no dependa exclusivamente de fondos provinciales y nacionales, como los que llegan a través del Fonavi. Según explicó Notario, los recursos que hoy percibe el IPV del aporte que realiza cada adjudicatario son escasos porque el monto está fijado de acuerdo al año en que se entregó la vivienda y el mismo no tiene actualización. El interventor indicó que el instituto "emite el cobro unas 48.000 boletas por mes y el promedio de cada una de ellas es de 373 pesos. En ese marco, el 64 por ciento del total ronda los 200 pesos". Además, el subinterventor, Daniel Gimeno, apoyó la posición de Notario al graficar que "en los últimos 17 meses, la Argentina ha tenido una inflación del 24 por ciento y las cuotas no han ido acompañando ese incremento".

Según consta en la ley, las casas a construir por el IPV tendrán un costo que estará determinado en Unidades de Vivienda (UVI), en el que un metro cuadrado de construcción es igual a 1.000 UVIs. Ese parámetro es una unidad que se ajusta en pesos, cambia de acuerdo el índice de costos de la construcción y es publicado diariamente por el Banco Central. Una vez entregada la vivienda, el valor de la misma será transformado a un índice que deberá abonar el adjudicatario, el cual se denomina Unidad de Valor Adquisitivo (UVA).

Fuentes oficiales indicaron que hoy una casa del IPV tiene 55 metros cuadrados promedio, o lo que es igual a 55.000 UVIs para determinar el costo de la misma. Si el cambio de UVIs a UVA es lineal, el futuro beneficiario deberá abonar 55.000 UVAs para cancelar su casa. Si el crédito es a 40 años, 480 meses, deberá pagar 152,7 UVA por mes. Hoy este índice está en 26,05 pesos, por lo que el costo de la cuota se aproxima a los 3.000 pesos. Dicho parámetro está ajustado por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), que a su vez evoluciona de la mano de la inflación, ya que toma como base el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que publica el INDEC.

La norma fija un piso mínimo para la cuota, la cual no podrá ser inferior al 10 por ciento del salario mínimo vital y móvil, que hoy está en 10.700 pesos, es decir, la base es de 1.070 pesos. Así, el Gobierno se asegura un monto base para el cobro, el cual, como va atado al mínimo vital y móvil, también se actualiza.

 

Quita

20 Ese es el porcentaje máximo que el IPV podrá rebajar del precio final de la casa, si la evaluación socioeconómica de la familia adjudicataria lo amerita.