Por donde se la mire, la capilla de Chango, en Las Flores, Iglesia, es una reliquia histórica cultural y religiosa que enorgullece a los sanjuaninos.

 

La localidad de Las Flores, en el Departamento Iglesia, tiene un poco más de 1.000 habitantes. Con perfil fundamentalmente agrícola, pero donde también pueden adquirirse excelentes tejidos regionales que siguen las técnicas ancestrales por transmisión oral de generación en generación, está considerada la última parada para los que utilicen el camino que lleva a Chile por la Ruta Internacional 150 y a través del Paso de Agua Negra.

Con muchas de sus calles pavimentadas, existen aún, como en toda la zona precordillerana, calles y callejas sin pavimentar que tratan de cuidarse lo mejor posible desde la Municipalidad de Iglesia. El objetivo es para conservar rincones con estética de antiguos tiempos. En este contexto, este pueblo cordillerano tiene mucho más que mostrar. Su riqueza histórica, cultural y religiosa, que es admirada por todos los visitantes que llegan a este lugar de ensueño.

UNA RELIQUIA DE TRES SIGLOS

Entre estas cualidades, se yergue uno de los sitios emblemáticos de Las Flores. Se trata de la mítica capilla católica de Achango, a sólo veinte minutos en auto desde las localidades de Pismanta y el centro de Las Flores. Una admirada reliquia que data del siglo XVII, creada por los jesuitas en 1655. La actual edificación fue construida en el siglo XIX con un diseño de 1787, y con los mismos materiales y técnicas de aquella que fue destruida por el terremoto de 1894. Es decir, de adobe, pero en forma de tapias de más de un metro de ancho. 

En 1997 fue declarada Monumento Histórico Nacional por su importante riqueza histórica, cultural y por supuesto, turística. Esto es motivo para que todo el año acudan turistas de distintas partes de Argentina y del resto del mundo, a raíz de la buena difusión de su existencia por los medios digitales.

Conserva en su interior una antigua imagen de la Virgen María traída desde la ciudad peruana de Cuzco, por Chile, que tiene cabello natural, una corona de plata y su cuerpo pintado al óleo está cubierto por una túnica o dicho de otra forma, con vestido con enaguas almidonadas y un manto. 

Otro punto de atracción es su  piso, de tierra, pero cubierto en gran parte de su superficie con alfombras especiales y de antigua data tejidas en telar manual por feligreses del lugar, y su techo es de cañas atadas con tiento de cuero cubierto de barro.

UN SÍMBOLO EVANGELIZADOR

La familia Montesinos conoce esmeradamente la historia del templo y se encarga de su cuidado, ya que Achango es terreno privado y perteneciente a esa familia en cuyo seno la capilla fue pasando de generación en generación. En tanto que la Municipalidad de Iglesia aporta un empleado y ayuda para su mantenimiento.

En Achango se percibe el frio en invierno con mayor intensidad que en el resto de la zona, con pocas las lluvias en verano, y como en las restantes localidades iglesianas, el clima es similar al de todo el valle cordillerano, es decir con inviernos largos y fríos y veranos cortos y templados.

Como escribió la experta en Turismo, técnica Susana Navarro, ya desaparecida, dentro del contexto histórico cultural  "Achango es signo del nacimiento de una nueva forma de vida, un símbolo de la intención evangelizadora de aceptar lo indígena para integrarlo a la concepción cristiana y humanística y esto es un síntoma de mestizaje cultural.”

Por su parte, el intendente del departamento, Jorge Espejo, subraya que esta histórica capilla se suma a las restantes 15 capillas del departamento, también dignas de ser descubiertas, cada una con una impronta especial y con un santo a quien venerar, cada vez que se prepara un circuito de fe para pobladores del lugar y visitantes.

MUNDO DE ARTESANÍAS

A su vez, uno de los poetas que más ha escrito y participado de actividades culturales en Las Flores es Clemente del Rosario Sagues, mientras que entre las expresiones demostrativas del acervo cultural iglesiano y de Las Flores está la artesanía. Se producen en cantidades importantes y en gran calidad no sólo por la materia prima seleccionada sino por la creatividad local.

Así, Las Flores, es uno de los distritos de Iglesia que más distinguen al departamento que no se detiene y camina por un mejor presente hacia un futuro iluminado por el espíritu batallador de cada uno de sus pobladores.

Una tierra productiva

Las explotaciones mineras que provocan necesidad de mano de obra, hace que la población mayoritaria sea de hombres y que el pueblo creciera un 35 por ciento más en población. La actividad agrícola de Las Flores es importante y allí se producen semillas de alta calidad de alfalfa, papas, lechugas y porotos, produciéndose también ajos, cebolla y arveja.

Estas producciones son reconocidas por contar con tierras libres de plagas y virus. A esto se suman  frutales, cereales y aromáticas. Luego hay un 30 por ciento de las tierras dedicadas a exploraciones forestales. La labor en ganadería, en menos magnitud, también es importante para el desarrollo económico y se circunscribe a pastizales aptos para la cría de ganado caprino y ovino, como en casi todo el resto del departamento Iglesia.

 

Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista