La implementación de la siembra directa y la utilización de semillas transgénicas ha dado lugar en nuestro país a la denominada ‘Segunda Revolución de las Pampas”, un fenómeno que ha posibilitado triplicar la producción de granos en los últimos 20 años. En 2001, la cosecha alcanzó los 50 millones de toneladas, mientras que la de este año alcanzó los 147 millones de toneladas, con lo que se ha marcado un récord histórico. Estos valores le han significado a la Argentina ingresos por más de U$S 35.600 millones.

Por otra parte el yacimiento de Vaca Muerta, ubicado en la cuenca neuquina le han representado al país, en estos últimos dos años, inversiones por U$S 18.000 millones, que han posibilitado alcanzar el autoabastecimiento energético cuatro años antes de lo programado y con tan sólo haber explotado el 3% de los 30.000 km2 que tiene el yacimiento y haber alcanzado o superado la productividad de Estados Unidos de Norteamérica. Además este megayacimiento está posibilitando exportar gas a Chile lo que es muy positivo para nuestra economía.

Ambos recursos se han convertido en la novedad histórica de este año, al constituirse en las principales fuentes de ingresos genuinos con los que cuenta el país y que marcan una diferencia esencial entre la actual crisis y el colapso de 2001. Esta diferencia es la que lleva a establecer que tanto el agro como Vaca Muerta son las dos principales fuentes de ingreso de divisas que pueden llegar a salvar al país, siempre y cuando se continúen dando oportunidades de desarrollo a las industrias que forman parte de estas actividades y no se entorpezca su normal actividad.

Hay que tener en cuenta que la producción agroalimentaria de la Argentina está ubicada entre las tres primeras del mundo, junto a la de EEUU y Brasil, gracias a los extraordinarios avances tecnológicos y científicos, como también, en menor medida, a la ventaja que ofrecen sus tierras de la Pampa Húmeda consideradas ‘la mejor superficie de labrantía del mundo”, junto con las ‘Tierras Negras” de Rusia.

En cuanto a Vaca Muerta, queda por seguir recibiendo inversiones y el desarrollo de la etapa industrial de varias de sus actividades, con la creación de una red de industrias (fertilizantes, plásticos y equipos en general) que se desplegará con gran intensidad alrededor e un eje conformado por Neuquén-Bahía Blanca y el puerto Ingeniero White.

Dos alternativas que tendrá la próxima gestión de gobierno para intentar sacar a flote el país con recursos genuinos que se espera no sean dilapidados en otros objetivos que nos lleven a profundizar la crisis en la que la Nación está inmersa.