Su segundo disco, Crudo, trajo su debut por estas tierras; y ahora vuelve en el marco de una gira nacional para presentar su tercera producción, recién salida del horno: El club de los nostálgicos. Se trata de Las sombras, banda de rock nacida en La Pampa en 2016, que se mudó a Buenos Aires por razones comunes a tantos artistas que van en busca del gran sueño; y cuyo notable ascenso incluye haber sido destacada por la edición norteamericana de la revista Rolling Stones, que la calificó como la "vanguardia" del rock nacional, distinción que llegó de la mano de El precio de la canción, una propuesta audiovisual que grabaron en plena pandemia. Manuel Fernández (voz, guitarra y coros), Mauro López (batería), Nicolás Lippoli (guitarras, sintetizador y coros) y Julián Agustín "Lulo" Pico (voz, bajo guitarra acústica y coros) -que se definen en sus redes como "jóvenes practicantes de un rock de raíz argentina, con aires poéticos pero de dientes apretados"-, son los protagonistas de esta propuesta que hoy por hoy va de la mano de un rock más popero, pero que transitó otras sonoridades y sigue viaje sin casarse con ningún rótulo, abriéndose camino en el mapa musical actual.
"Vamos a mostrarles una propuesta totalmente diferente a la de aquella vez", avisó en diálogo con DIARIO DE CUYO Manuel, que como sus compañeros parece coincidir con esto de que en la variedad está el gusto, también en lo que concierne al rock. "Nosotros somos muy inquietos, todo el tiempo estamos buscando algo nuevo y tratando de experimentar cosas que no hemos experimentado. Ya venía cuando estábamos en la gira con Crudo, porque nos quedaron un montón de cosas para hacer que teníamos ganas, que no habíamos probado. Tenía que ver con probar nuevos instrumentos, meter sintetizadores, teclas, percusiones y también más juego de coros; y grabarlo de una manera totalmente diferente a como veníamos. Antes grabábamos todos juntos en la sala y este disco se grabó por capas en el estudio de Norman Mac Loughlin, que fue productor y uno de los que pudo tomar el concepto del sonido que queríamos. Es un disco que podría definir como más cancionero, más rock-pop, un poco más ATP, que entra en más casas, por decirlo de alguna manera", brindo detalles sobre el giro del combo que, justamente por su dinámica, no significa algo definitivo.
"Nuestra manera de ser, nuestra esencia es estar en siempre en transformación, así que andá a saber qué nos da ganas de hacer en el próximo disco. No estamos cómodos quedándonos en el mismo lugar", subrayó el vocalista.
Este continuo movimiento, aseguró, no es algo que se charle de manera formal. Con años de convivencia, es un modo de ser que los atraviesa, que fluye y que comparten. "Son cosas tácitas, las sentís. No es que decís +Bueno, vamos a hacer esto+, sino que se va gestando y por suerte coincidimos bastante", apuntó Manu, a quien -justamente por todo esto- le cuesta poner a Las sombras en un anaquel determinado de la escena nacional.
"Es difícil porque hay títulos que nos quedan como grandes, como el de vanguardia… No sé si nosotros nos consideramos vanguardia del rock nacional, no sé como podemos caracterizarlo, pero sí sé que lo que nosotros hacemos es en algún punto diferente y justamente por eso cuesta enmarcarlo. Y sí puedo decir que somos una banda independiente, que todo lo hacemos por nuestros medios y gracias a la ayuda de Pelusa, que es nuestro sello independiente", expresó.
Como sea, Las sombras se proyectan cada vez más, y no solo dentro sino también fuera del país. "Es un viaje que nos ha dado muchas gratificaciones, hemos conocido gente súper importante, hemos pisado escenarios muy grandes y compartido con bandas de gran calibre. Todo eso nos da muchísima alegría, aunque a veces, cuando estás tan metido en el trabajo, cuesta verlo", dijo Manu y reconoció: "Creo que si no hubiéramos venido a Buenos Aires hubiese sido más difícil". No fue la única confesión. "Para nosotros fue muy loco que primero nos reconocieran en Estados Unidos que en Argentina, porque pensamos que tendría que ser al revés, pero bueno…", marcó en referencia a la publicación de la Rolling Stones. "Fue muy loco que nos miren, que presten atención y que les guste. Sí, eso fue una bisagra, un reconocimiento internacional que nos dejó posicionados en otra situación", valoró. "A mí me encanta la historia, he leído mucho sobre la historia del rock argentino y no es la primera vez que sucede. Ha pasado históricamente esto de que primero te tengan que reconocer en otro lado para que luego te presten atención acá, así que en ese sentido no me sentí sapo de otro pozo", expresó el vocalista, que aunque lamenta que aún no pueden vivir de la música -él es diseñador de imagen y sonido, Nico tiene una escuela de rock y Julián es escribano- siente que van por el sendero correcto. Una mirada hacia atrás, que no hace con mucha frecuencia, alcanza para corroborar eso. Y para barajar algún balance también.
¿Qué cambió desde la banda que lanzaron aquellos adolescentes en La Pampa hasta la de hoy? "Lo que cambió muchísimo fue la manera de trabajar. Aprendimos muchísimo, entendimos que no sólo se trata de hacer buenas canciones y tocar bien, sino que es un mundo gigantesco el que rodea a la música, al que hay que prestarle atención y para el que hay que estar preparado y saber cómo trabajarlo", analizó.
¿Y qué se sostuvo, qué permaneció intacto? "El sueño es el mismo: disfrutar de hacer esto el resto de nuestras vidas, porque es lo que nos llena ese vacío existencial que tenemos como seres humanos. No nos vemos sin la música", concluyó.
DATO
Las sombras. Sábado 20 de agosto, 22 hs, Mamadera Bar. También actuarán Fondo de Bikini, Santiago Diez y DJ Flowers. Entradas en $800 en entradaweb.com.ar