Tras el fuerte recorte en la tasa de referencia dispuesto la semana pasada por el BCRA, los rendimientos de los depósitos a plazo fijo en pesos a 30 días perforaron en la víspera el piso del 40% anual, según el promedio en bancos privados que difunde diariamente la autoridad monetaria, por lo que ya se ubican por debajo de la inflación esperada para 2020.
El jueves de la semana pasada la entidad que preside Miguel Pesce decidió rebajar el piso de la tasa de política monetaria (Leliq) del 63% al 58% anual, lo que presionó a la baja a los retornos pasivos que los bancos ofrecen a los ahorristas a un mes: desde entonces retrocedieron desde el 41,14% al 39,35% anual, de acuerdo a lo informado el lunes por el BCRA.
Se trata de un nivel inferior al pronóstico del IPC minorista para 2020 que, de acuerdo al último informe del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) elaborado por el Central, alcanza el 43% (365 puntos básicos por debajo de la tasa promedio de los plazos fijos de bancos privados).
"Hay una agenda de baja de tasas que hoy con cinco puntos menos seguirá buscando equilibrios monetarios, pero también guardando prudencia y cierta consistencia" para la política económica de corto plazo que permita pensar luego a plazos más largos, consignaron fuentes del Ministerio de Economía la semana pasada.
Los flamantes miembros del directorio del Central argumentaron el jueves pasado, al momento de anunciar el recorte del tipo de interés, que "en el marco de la actual situación macroeconómica de transición, dado el cambio de contexto que significará la normativa puesta a consideración del Congreso Nacional, la convocatoria a un Acuerdo Social y la búsqueda de un esquema sustentable del endeudamiento del Gobierno, la magnitud de la tasa de referencia se ubicaba en un nivel inadecuado y potencialmente inconsistente con las perspectivas de evolución nominal de las variables económicas relevantes".
En busca de estimular las inversiones en pesos, la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, aprobada el fin de semana por el Congreso y promulgada el lunes por el Gobierno, dispuso la eliminación del impuesto a la renta financiera para los depósitos a plazo fijo y bonos en pesos (también para los títulos en dólares), aunque mantuvo el tributo para los plazos fijos que ajustan por UVA (indicador que está atado al Índice de precios), y también para aquellos nominados en moneda extranjera. Vale recordar además que a la vez pagarán este impuesto las operaciones por transacciones de acciones y ADR u obligaciones negociables y las criptomonedas.