La participación de Laurel Hubbard, una levantadora de pesas transgénero de Nueva Zelanda, marcó un momento histórico en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Su participación paradójicamente no pasará a la historia luego de fallar en sus tres intentos en las eliminatorias de la categoría de +87 kilos, pero lo que sí dejó fue un acalorado debate sobre uno de los temas más polémicos del deporte.

Hubbard, de 43 años, nació hombre y compitió en las categorías masculinas antes de comenzar un proceso de transición para convertirse en mujer a sus 30 años. Y se volvió elegible para las mujeres después de cumplir con los criterios del Comité Olímpico Internacional (COI) para los atletas transgénero.

El COI celebró su participación en los Juegos como mujer transgénero. "Laurel Hubbard es una mujer y compite bajo las reglas de su Federación. Debemos rendir homenaje a su coraje y tenacidad", señaló a la prensa el director médico del COI, Richard Budgett, en Tokio.Sin embargo, su presencia en Tokio provocó un complejo debate sobre cuestiones de bioética, derechos humanos, ciencia, equidad e identidad en el deporte.

La gente que apoya a Hubbard cree que clasificarse para los Juegos representa una victoria para la inclusión y los derechos de las personas transgénero.Pero otros ven que tiene una ventaja injusta sobre sus rivales femeninas debido a las capacidades físicas heredadas de décadas atrás cuando competía como hombre.

El debate sobre este tema es intenso y en ocasiones apasionado, especialmente en internet, lo que ha llevado al Comité Olímpico de Nueva Zelanda a tomar medidas para proteger a Hubbard de los ‘trolls’ de las redes sociales.

No obstante, el COI reconoce que la presencia de Hubbard plantea algunas preguntas legítimas en cuanto a si Hubbard tiene, en la jerga que utiliza el organismo sobre estos asuntos, una "ventaja competitiva desproporcionada".

Algunos defensores del deporte femenino, incluida la ex campeona de tenis Martina Navratilova, mostraron sus reservas porque creen que la inclusión de deportistas transgénero corre el riesgo de cuestionar las victorias ganadas con esfuerzo para mejorar el estado del deporte femenino.

"Estoy feliz de dirigirme a una persona transgénero de la manera que ellos quieren, pero no me gustaría tener que competir contra ellos. No sería justo", dijo la checa, veterana activista por los derechos de los homosexuales.

Para Caitlyn Jenner, campeona olímpica de decatlón masculino en los Juegos de Montreal de 1976 y que se convirtió en mujer en 2015, "simplemente no es justo".

Los opositores también temen que la participación de mujeres transgénero pueda poner en peligro la seguridad de otros competidores en deportes de contacto, lo que llevó a la World Rugby a excluirlas de todas las competiciones el año pasado.

Para justificar su decisión, World Rugby citó estudios científicos que mostraban que los hombres tenían un 30% más de fuerza física en comparación con las mujeres.

Sin embargo, algunas federaciones nacionales, como la de rugby de Nueva Zelanda, decidieron en cambio permitir la participación de mujeres transgénero a nivel amateur.

La voz de la ciencia

Entre otros beneficios, Alison Heather, fisióloga de la Universidad de Otago entrevistada por la agencia France Presse, cita extremidades más largas para los hombres, mayor masa muscular, corazón más grande y mayor capacidad pulmonar, lo que permite una mejor circulación de oxígeno y una mayor resistencia.

Pero para Budgett, director científico y médico del COI, no es tan simple comparar hombres y mujeres, y las mujeres transgénero pueden experimentar una disminución en el desempeño a medida que atraviesan un proceso de transición.

Lo más importante es que siente que se necesita más investigación y agrega: "Consideré que no ha habido ninguna mujer abiertamente transgénero en el nivel más alto hasta ahora (y) creo que el riesgo para el deporte femenino probablemente se ha sobreestimado".

El COI reconoce que el nuevo marco, que proporciona pautas simples para las Federaciones internacionales en lugar de reglas estrictas, no es la última palabra sobre este tema, que seguirá debatiéndose durante mucho tiempo.

"Tiene que haber un justo medio para obtener lo que necesitamos, y cualquiera que sea ese equilibrio, es probable que algunos lo critiquen. No será la solución definitiva", dijo el portavoz del COI, Christian Klaue.

Hubbard, agradecida

Hubbard agradeció este lunes al COI por "demostrar el principio de que el deporte es inclusión y es para todos".

"Sé perfectamente que mi participación es controvertida, pero agradezco al COI por haber demostrado el principio que el deporte es inclusión y es para todos", destacó Hubbard.

Nacida como Gavin, Hubbard, aplaudida al ingresar a la pista, quedó eliminada porque no pudo levantar el peso establecido en ninguno de sus tres intentos en la categoría de más de 87 kilogramos.

Hubbard, primera atleta transgénero en participar en los Juegos del Commonwealth en la edición desarrollada en 2018 en Gold Coast, Australia, falló primero al intentar levantar 120 kilogramos y en los dos siguientes de 125 kilogramos.

"La respeto, pero reitero mi posición: es una broma de mal gusto", afirmó la belga Anna Vanbellinghen, una de las que se opone a la participación de Hubbard, quien colocó una mano sobre su corazón tras finalizar décima en la prueba de Tokio 2020-

"Debemos pensar que detrás de estas cuestiones técnicas y deportivas hay una persona", subrayaron desde la delegación neozelandesa, que respaldó enfáticamente a Hubbard antes del inicio de los Juegos Olímpicos.