Un viejo refrán, propio del boxeo pero que puede aplicarse sin ningún problema a lo ocurrido ayer en el velódromo de Rawson, dice: "al campeón cuando lo tienes groggy hay que noquearlo, porque si lo dejas recuperarse te puede noquear". Cuando faltaban 10 giros y un solo embalaje para cerrar la actividad del piñón fijo organizada por la Fundación para el Progreso y el Club San Martín, todo parecía indicar que Cristian Romero le daría a la Municipalidad de Rawson una buena victoria. Tenía 7 puntos de ventaja sobre Nicolás Naranjo (21 a 14) y al "Canibal" le alcanzaba con lograr un tercer puesto en el último de los diez embalajes, que al igual que el quinto otorgaba puntaje doble para dejar sin alternativa al hombre que desde hace tres años domina el mediofondo sanjuanino.
Con el pibe Kevin Castro, segundo (17 unidades) se pensó que los locales plantearían una estrategia de lanzar a un par de sus otros efectivos para tratar de captar los puntos gordos y afirmar sus chances, pero nada de eso ocurrió, porque Romero comenzó a perder terreno con respecto al pelotón. El Flaco sufrió lo que los españoles llaman una "pájara", que no es otra cosa que una merma orgánica producida por el excesivo esfuerzo anterior. Fueron estériles los intentos de sus compañeros de equipo, Páez y Castro, quienes fueron apercibidos por los comisarios porque intentaron "llevarlo" al grupo grande.
Antes de ese desenlace, inesperado y dramático, se dio un hecho que podría haber sellado la historia de la carrera treinta giros antes de lo previsto. Un grupo de siete ciclistas, entre los que viajaban Romero, Pedro González, Juan Carlos Barón, Washington Roberto, Leonardo Cobarrubia y Víctor Arroyo, estuvieron a media recta de sacar un giro de ventaja, circunstancia de carrera que les habría dado 20 puntos a todos los escapados, lapidando las expectativas de Naranjo.
Pero al "Nico" de La Bebida, que había sido tercero en el Scratch ganado por Germán Trauttner y quinto en la carrera A Tempo, en la que se impuso Pedro González; lo dejaron con vida. No le dieron el golpe de gracia y, apoyado en su estirpe de campeón, renació con toda su fuerza.
Apenas vio que flaqueaban sus adversarios, como los tiburones que ven sangre, atacó. Se puso con todo su equipo al frente del pelotón para seleccionar a los posibles rivales del último embalaje y, también, para ampliar la brecha que se había abierto con respecto a Romero.
Trauttner entró de cabeza en la vuelta final. Darío Ramírez trató de equilibrar su línea de marcha y, faltando un centenar de metros Naranjo los apareó y los pasó, festejando su segunda victoria de la temporada.
Los jóvenes tuvieron su fiesta
En la soleada tarde invernal, donde las mangas cortas estuvieron a la orden del día; la reunión de la Fundación para el Progreso y el Club San Martín contó con dos entretenidas competencias complementarias. Las damas menores y los juveniles 2004 y 2005 corrieron 30 giros a los puntos con seis embalajes (uno cada cinco vueltas). Entre las damas dominó como lo hace habitualmente en la categoría, Magalí Balmaceda (23 puntos), escoltada por Ludmila Aguirre (13) y Abril Capdevila (9). Lisandro Bravo (40 puntos) ganó entre los pibes. Martín Balmaceda (18) fue segundo y Nahuel Guzmán (10) tercero.
En el intervalo que hubo entre la carrera A Tempo y las Puntuables, se corrieron las competencias de las damas mayores y de los juveniles categoría 2002/2003. Julia Sánchez Parma (29 puntos) se quedó con la prueba de las féminas. Maribel Aguirre (22) y la chilena Aranza Villalón (19) fueron segunda y tercera, respectivamente.
Donde se dio una competencia reñida y de "palo y palo" fue en la que corrieron los varones de 15 y 16 años. RodrIgo Díaz (19 puntos) ganó imponiendose en el último de los siete embalajes que estuvieron bastante repartidos. Leonardo Bravo fue segundo con 17 puntos y tercero culminó Agustín Videla con 15 unidades.