Una joven reveló que su amiga tatuadora le hizo un tratamiento de microblading gratuito, pero el resultado final no fue el esperado y la dejó llorando.

La protagonista de esta historia es una joven inglesa llamada Katy Adams. La chica de 22 años explicó que una amiga tatuadora le contó que buscaba sumar experiencia realizando lo que se conoce como microblading, que es un procedimiento semipermanente de tatuaje cosmético que se utiliza para crear la apariencia de vellos finos en las cejas, algo que llega a durar al menos tres años.

La británica vio la oportunidad de autorregalarse un tratamiento estético y por eso depositó toda su confianza en su amiga, a quien consideraba una “hermana”. No obstante, no resultó como esperaba y Adams terminó llorando al ver como quedó su apariencia.

El tatuaje creó un tinte permanente en la ceja izquierda de la muchacha y tuvo que buscar especialistas para intentar arreglar el aspecto en su cara y así poder deshacerse del tattoo que le hizo su amiga.

“Al instante me arrepentí y solo quería llegar a casa para esconderme. El problema principal para mí era lo desiguales que eran, lo que había cambiado por completo el encuadre de mi rostro. La forma me hizo parecer constantemente enojada. Incluso había dos pequeños puntos en el frente donde el efecto ombré había salido mal”, destacó.

La británica de 22 años se sometió a sesiones con láseres y pudieron eliminar la tinta roja en sus cejas. En total, terminó gastando más de 1300 dólares para poder recuperar la apariencia que anhelaba. Aunque aún tiene un ligero tinte amarillo anaranjado en su ceja izquierda.

Por último, Adams admitió que volvió a sentirse bien consigo misma. En tanto, aconsejó a otras personas a pensarlo bien antes de hacerse esta clase de procedimientos. “Aconsejo a cualquiera que esté pensando en hacerse un tratamiento semipermanente que investigue y se asegure de que es realmente lo que quiere, no solo una tendencia. Hay algunos artistas de cejas semipermanentes increíbles, solo asegúrate de investigar”, sentenció.

Fuente: Crónica