José Antonio Molina (49) volvía a su casa a buscar una tenaza, cuando su patrón lo alertó: ‘¿Che, esa humareda no sale de tu casa?’. El jornalero aceleró el paso, que convirtió en carrera y desesperación cuando comprobó que era así.
Entonces comenzó a dar vueltas para intentar rescatar algo, pero su patrón lo frenó en seco: ‘Ni se te ocurra entrar’, le ordenó. Lo que siguió fue la impotencia de ver cómo las llamas consumían sus cosas y esa casa que le prestaban desde hace 17 años para vivir con su señora y, últimamente, con dos de sus tres hijas.
Una heladera, un freezer, una cocina, un horno eléctrico, un televisor, tres camas, dos roperos, un aparador, una mesa y seis sillas, la ropa, el calzado y todo lo que había en la cocina comedor y los tres dormitorios de esa precaria vivienda con techo de cañas y palos, quedó completamente destruido.
Todo pasó minutos alrededor de las 18 de ayer en Garibaldi y Calle 7, en Médano de Oro, Rawson.
‘Un policía me dijo que no fue cortocircuito, pero para mi que sí… pudo ser una suba de tensión’, dijo ayer Molina a este diario.
Sin embargo desde la Policía indicaron que un primer abordaje del escenario del siniestro los llevó a presumir que no hubo falla eléctrica. Y que no habría que descartar que alguien hubiera quemado la casa, aprovechando que no había nadie.
‘Esta noche voy a dormir acá porque tengo animales que cuidar y mi señora y las niñas se van con mi hija mayor. Ya veremos cómo salimos de esta porque hoy nadie te presta una casa’, dijo Molina.
Anoche, el municipio de Rawson y Desarrollo Humano se acercaron al lugar y prometieron ayuda para Molina y su familia.