Lionel Messi tomó una decisión que parecía imposible y le comunicó a Barcelona vía burofax que quiere irse luego de 20 años en la institución, según información exclusiva a la que accedió TyC Sports. En medio de una profunda crisis deportiva después de una temporada llena de penurias, tras reunirse con el entrenador Ronald Koeman resolvió que dejará el Blaugrana, donde verdaderamente plantó su huella en la historia del fútbol para siempre.

A los 33, con el tramo final de su carrera por delante, el rosarino deberá buscar un nuevo destino. Manchester City pica en punta, Inter sueña con tenerlo, la MLS está a la expectativa y siempre tendrá abiertas las puertas de Newell’s. Lo que no hay, hasta el momento, es certeza alguna sobre ello.

El cómo de la salida de Messi también abre un gran interrogante. El contrato vigente se firmó en 2017 y tiene una cláusula de opción unilateral de salida antes de empezar la temporada 2020/21. Lo que comunicó hace instantes, entonces, es que su intención es hacer uso de la misma, pero su partida tendrá seguramente una dura negociación previa.

Acompañado por su padre Jorge, una breve prueba bastó para que Messi llegue en septiembre de 2000 a La Masía, donde se hicieron cargo de un tratamiento de hormonas para su crecimiento que en Argentina no podían pagar. Allí se formó hasta su salto a Primera División en 2004, año del debut.

Ese fue el punto de partida para una cosecha sin precedentes en la que pulverizó récords sin parar. Convirtió 634 goles en 731 partidos (0,86 de promedio) y ganó 34 campeonatos (24 locales y 10 internacionales). También, en distintas etapas, consolidó un dominio individual admirable plasmado en seis títulos del Balón de Oro.

La era Messi tocó su techo entre 2008 y 2012 de la mano del inolvidable equipo armado por Pep Guardiola, donde forjó sociedades inquebrantables con Xavi Hernández, Dani Alves y Andrés Iniesta para establecer un juego dominante de principio a fin con la pelota como herramienta. No es casualidad que hayan conquistado 13 torneos de 16 posibles.

Sin embargo, la última época de la Pulga estuvo muy lejos de tener ese brillo colectivo. Por ello, tras un final de temporada oscuro en el que Barcelona no pudo dar pelea ni en La Liga ni en la UEFA Champions League. Las partidas de Luis Suárez -su mejor socio de los últimos tiempos- y Arturo Vidal no fueron más que un presagio, aunque Koeman sí lo tenía en sus planes.

El humillante 8-2 de Bayern Munich fue el golpe de KO definitivo. Marcó el final del mejor ciclo de todos los tiempos para un jugador en un mismo club, ni más ni menos. Histórico por donde se lo mire.