"Abuelo, dejo el teléfono acá, si escucha algún ruidito llámeme", pidió la nena, entonces de 11 años, a sabiendas de que el aparato no haría tal ruido y que, en la posición que lo dejaba, grabaría las "cochinadas" que le hacía a ella y a una pariente también pequeña, la bisnieta de 8 años de ese jubilado. Y ocurrió lo que la niña esperaba: el anciano comenzó a manosear y realizar todos los prolegómenos y las prácticas propios de una relación sexual entre adultos. La nena había grabado en otras dos ocasiones a su abuelo, pero borró esos videos porque intuía que no caería nada bien en su familia. Pero aquel 11 de marzo de 2019 no lo borró y cuando llegó a su casa y lo dejó cargando, a su padre le llamó la atención ver una imagen de su suegro en calzoncillos, con el agravante de que cuando husmeó otros archivos en el aparato, se topó con un video que lo llenó de sorpresa e indignación.

Y la dolorosa bomba estalló en esa familia, porque confiaban en ese hombre y no imaginaban que sometería a las niñas a tan traumáticas situaciones. Tan complicado quedó ese anciano (hoy de 79 años, no mencionado para preservar a las nenas), que luego de la investigación de rigor quedó acusado de cometer un abuso sexual con acceso carnal y la corrupción sexual de ambas niñas.

Por su edad, goza de prisión domiciliaria y desde este jueves empezará a ser juzgado en la Sala II de la Cámara Penal por la jueza Silvina Rosso de Balanza, dijeron fuentes judiciales. Quien seguramente mantendrá la acusación es el fiscal de Cámara Daniel Galvani; el acusado será defendido por María Noriega, precisaron.

En contra del anciano hay pruebas, a priori, abrumadoras. Como el propio video en el que aparece sometiendo a una de las nenas. Y el relato de las propias víctimas ante psicólogas del Anivi, que evaluaron como verosímiles los dichos de las niñas por la carga de angustia, temor y otros indicadores que las llevaron a concluir que ambas fueron víctimas de abuso sexual.

El anciano vivía en la misma propiedad donde vive su bisnieta. A pesar de la contundencia de las pruebas, intentó desligarse ante el psicólogo que lo consideró alguien inmaduro, incapaz de controlar sus impulsos. "La palabra de los viejos está desvalorizada… a los niños se les cree más", dijo, pero las pruebas echaron por el piso sus argumentos.

 

  • "Abusó 6 años de su hijastra"

Un sujeto de 41 años empezará a ser juzgado hoy en la Sala II de la Cámara Penal por el juez Benedicto Correa, acusado de cometer abusos sexuales gravemente ultrajantes contra su hijastra durante 6 años (desde que la nena tuvo 5 y hasta los 11), en la casa que compartían en Chimbas, dijeron fuentes judiciales. Según la acusación, los manoseos y otras prácticas que por poco no se convirtieron en violaciones, pararon el 18 de agosto, cuando la mamá de la niña denunció a un vecino, José Bravo (ya procesado por abuso sexual simple) por haber manoseado a la nena. Casi un año después, el 9 de mayo de 2019, la mujer volvió a denunciar, esta vez a su propio concubino, el "violento" padre de sus otras dos nenas (por esa razón no se menciona al acusado), luego de que su hija le detallara cómo habían sido esos abusos y su miedo a su padrastro como mordaza durante tantos años. El fiscal del juicio será Daniel Galvani; Horacio Merino defenderá al imputado.