La ministra de Salud, Alejandra Venerando, aseguró que el tomógrafo nuclear llegará a la provincia el próximo jueves 13, luego de su adquisición por casi un millón y medio de dólares. A partir de esa fecha y en el transcurso del mes, arribarán otros complementos del equipo y, tras la calibración y los últimos pasos administrativos, en la cartera sanitaria apuestan a que en abril empiece a funcionar el Centro de Medicina Nuclear, destacó Jorge Serer, director de Control de Gestión Administrativa. De esa manera, San Juan será la séptima provincia en el país en tener un equipo de tal tecnología, el cual sirve para la detección temprana de todo tipo de cáncer, cardiopatías y problemas neurológicos.

Con el tomógrafo en suelo sanjuanino, los pacientes dejarán de ser derivados a centros médicos en Mendoza, Córdoba, Ciudad o provincia de Buenos Aires. De acuerdo a los cálculos en el Ministerio de Salud, esperan realizar entre seis y ocho diagnósticos por día. En ese marco, el Centro de Medicina Nuclear funcionará bajo el formato de fundación, una figura de derecho privado, por lo que las obras sociales y prepagas firmarán convenios y deberán enfrentar los costos de los diagnósticos, explicaron tanto Venerando y Serer. La mecánica es distinta al llamado recupero de costos que llevan adelante los hospitales públicos (el Rawson y el Marcial Quiroga, por ejemplo) con las obras sociales, ya que los valores de las prestaciones son fijados a través de la Superintendencia de Servicios de Salud, los que no se corresponden necesariamente con los precios reales, explicó el funcionario. En ese contexto, la ministra remarcó que la atención será gratuita para las personas que no tienen cobertura ni recursos.

Avance. El Centro de Medicina Nuclear apunta a incorporar tecnología que no se encuentra en la provincia y a potenciar la investigación médica, señaló Jorge Serer.

 

El edificio del Centro de Medicina Nuclear está listo, el cual se encuentra ubicado en el predio del exhospital Español. Sólo falta el tomógrafo, el cual tuvo una serie de vaivenes para su adquisición. La primera licitación se cayó porque la propuesta de una de las empresas fue rechazada por inconsistencias en su documentación, mientras que Siemens, la otra competidora, avanzó, pero el plazo de entrega del equipo era demasiado extenso. Así, hubo otra licitación, en la que participó solamente Siemens, pero su oferta fue dada de baja por un error formal. De esa forma, se lanzó un concurso de precios en el que la compañía alemana volvió a competir en soledad, corrigió detalles e hizo una oferta económica de casi un millón y medio de dólares, por debajo del presupuesto oficial.