Llegó el día D. Como Argentina todavía no logró cerrar un acuerdo, tiene que pagarle hoy 28 de enero un vencimiento por 731 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional cuando las reservas del Banco Central están en rojo.

El ala dura del kirchnerismo ya avisó que el default no es lo peor que le puede pasar a la Argentina. Pero el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro de Producción, Matías Kulfas, ratificaron ayer la decisión política y vocación de pagar y reafirmaron su idea de que es mejor cerrar un acuerdo.

Pero, por las dudas, el Gobierno del Alberto Fernández ya avisó a EEUU -socio principal del FMI por tener el 16% de las acciones- que Argentina "podría no pagar" hoy al organismo financiero internacional. Y si no paga hoy quizá tampoco pagaría el vencimiento por otros 300 millones de dólares que vencen el próximo lunes.

Pero poner en duda el pago de hoy sería parte de una estrategia para forzar una pequeña flexibilización del Fondo Monetario en sus condiciones para firmar el acuerdo del que se dice está a un paso de cerrarse. "Nos separan unas centésimas", aseguran fuentes de la Casa Rosada.

Ayer, en su habitual conferencia de prensa, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, dio cuenta de que las negociaciones son "hora a hora" y optó por no confirmar ni descartar si el Gobierno finalmente procederá a pagar los 731 millones de dólares. Así, ratificó que se trata de una estrategia para intentar forzar al FMI a aceptar la propuesta argentina para refinanciar la deuda de 44 mil millones de dólares tomada por Mauricio Macri. "De acuerdo a cómo avance la negociación se define si se paga mañana (por hoy) o no", indicaron en Balcarce 50, sede del Gobierno.

Lejos de querer no pagar o si efectivamente tiene o no los dólares para pagar los próximos vencimientos, lo que el Gobierno busca hacerle notar al FMI es las dificultades que atraviesa el país al tener que cumplir estos pagos que hasta marzo suman unos 4.000 millones de dólares.

La incertidumbre acerca del pago mantiene tenso a los mercados y ejerce una fuerte presión sobre la cotización de los dólares alternativos y esto divide aguas en la alianza gobernante.

El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, subrayó ayer que el país "está en condiciones de llegar a un acuerdo" con el FMI "que le permita seguir creciendo", y calificó como un "acto de irresponsabilidad" a quienes proponen no acordar con el organismo de crédito.

"Me parece que estamos en condiciones de llegar a un acuerdo que nos permita sostener la reactivación", afirmó Kulfas.

Además, el ministro cuestionó la postura de no acordar con el organismo. En ese marco, advirtió que "está claro lo que significan los problemas y las dificultades de no tener un acuerdo con el FMI", y manifestó estar "convencido de que es mucho mejor para la Argentina hacer un acuerdo que nos permita seguir creciendo a, como escucho por ahí, no hacer ningún acuerdo".

"La hipótesis de que el acuerdo con el Fondo sería mucho peor me parece, de mínima, un acto de voluntarismo o, en todo caso, es un acto de irresponsabilidad", agregó.

Kulfas precisó que la Argentina no posee una "situación macroeconómicamente holgada" donde "sobren dólares" y existe "un desequilibrio en el balance de divisas", y la misma, de no mediar un acuerdo, se puede "claramente agudizar", además de "poner en peligro un montón de recursos de financiación internacional y restringirse el crédito comercial".

 

  • El impacto de no depositar hoy el pago

 

Las negociaciones argentinas por el pago de la deuda que mantiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI) están en un punto álgido de las mismas, dado que este viernes y el lunes próximo se vencen dos plazos de pagos.

Según analistas económicos, la negativa de pagar traería consigo tensiones fuertes en el mercado de cambios y a los activos financieros argentinos. Es decir, se podría esperar una mayor suba del dólar, caída de los bonos y suba del riesgo país. Pero a su vez hay que decir que el pago de estos U$S1.100 millones tampoco acarreará demasiadas tranquilidades en este punto: dejará al Banco Central con sus reservas muy limitadas y sin poder intervenir en el mercado cambiario.

La expulsión de la Argentina por parte del FMI si la primera decidiese no pagar, ocasionaría que el país no recibiría más asesoramiento ni tampoco préstamos de divisas.

El otro punto, y quizá el que más preocupa es que si Argentina se negase a pagar, podría a la larga ser expulsada como miembro del organismo. Y si bien no caería en default de manera inmediata, iniciaría un camino que la llevaría a ello.

En definitiva, esto imposibilitaría a la Argentina tener cualquier tipo de asistencia por parte del organismo, hasta tanto cancelase la deuda.

En concreto, Argentina pasaría entonces a tener limitado el acceso al financiamiento de otros organismos internacionales, tales como el Banco Mundial, se le restringiría el financiamiento comercial de empresas para pago de importaciones.

También se produciría un aumento del financiamiento del Banco Central al Tesoro como principal fuente de financiamiento, con su consecuente inflación. Y además habría una importante caída de los flujos de inversión privados, dado el escenario económico de gran incertidumbre.