Una de las mayores tristezas de su vida sufrió Kirsten Kinch por la muerte de su perra cuando estaba de vacaciones.
La joven irlandesa viajó con su familia a Islandia por tres días y decidió dejar a Nova en una guardería canina.
Según contó a través de Instagram, la husky siberiana había experimentado en los meses previos algunos problemas intestinales y la llevó a la veterinaria, quien la sometió a un tratamiento con esteroides que resultó satisfactorio.
Al dejar a su mascota en la guardería, Kirsten les informó sobre esos antecedentes, les transmitió a los profesionales las instrucciones sobre lo que tenía que tomar y comer.
Kinch regresó del viaje y se dirigió directo desde el aeropuerto al centro de cuidado de animales. Luego de tocar el timbre cuatro veces, le abrieron la puerta y la hicieron pasar. Entonces, le comunicaron que esa mañana habían hallado a Nova con sangre en su perrera y que había muerto.
"Nos quedamos en shock", afirmó la mujer en su denuncia a través de las redes sociales, y añadió: "Tres días antes habíamos dejado una perra sana".
Repleta de dudas y tristeza por las circunstancias del fallecimiento de Nova, Kirsten estalló en furia por la forma en la que le entregaron el cuerpo, foto que copartió en Instagram:
"Habían aplastado a Nova en lo que sólo puedo describir como una pelota envuelta en una bolsa negra, cubierta con cinta adhesiva. No hubo cuidado ni empatía en la forma en que ella fue tratada", cuestionó la joven.
Y luego comentó: "Fue absolutamente traumático y desgarrador irse con ella de esa manera. Nos dirigimos directo a la veterinaria y ella estaba horrorizada, y no podía creer que hubiera una husky de 25 kilos en esa bolsa".
Además, Kirsten contó que confirmaron que el cuerpo era de su perra gracias al microchip que tenía.
También remarcó que mandaron sus restos a que le realicen exámenes postmortem para determinar las causas de la muerte.
"Hasta el día de hoy no recibí ninguna respuesta de parte de la guardería", finalizó.