Todo ocurrió el miércoles, minutos después de las 8. Como todos los días desde hace tres años, Carina Conte se subió a su Fiat Uno para llevar a sus hijos a la escuela. Llegó y lo estacionó sobre calle San Luis antes de Avenida Rawson. Dejó a los chicos y cuando regresó, el vehículo ya no estaba.
"Llamé a la policía, llamé al Comando, me tomaron la denuncia, fui a la Primera, lo denuncié, llamé a la gente de la remoción del ECO y tampoco estaba ahí. Yo había dejado cerrado, pero no sé si mi hijo había puesto el seguro de su lado", dijo a DIARIO DE CUYO.
Además, la mujer contó que una mamá de la escuela que la conoce sólo de vista comentó ese día que pasaba con su hijo y vio a un hombre "gordito" entrando al auto, por el lado del conductor. "No le llamó la atención porque pensó que podía ser mi marido. Cuando vio la publicación, lo contó. Pero lo vio de pasada, no le llegó a ver la cara"
"Tengo horarios de locos, el auto son mis piernas. Donde vivo no hay buena linea de colectivo. El 13 pasa cada 1 hora y media, es una tortura", agregó.
El rodado es un Fiat Uno blanco, modelo 98, patente CIG 344. Tiene cintas refractarias en los faros delanteros y una calco desteñida de Kevingston en el vidrio de la puerta izquierda trasera.
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