Un exconvicto de 30 años que se gana la vida como mecánico fue desligado ayer con un sobreseimiento de haber cometido un delito gravísimo: haber violado a su propia sobrina de 5 años, introduciéndole un dedo. El juez de Garantías, Eugenio Barbera, aplicó la salida que le propuso el fiscal Eduardo Gallastegui (UFI Anivi), porque luego de la denuncia se produjeron dos pruebas claves, que no corroboraron la versión de la madre de la niña: el médico no detectó las típicas lesiones que hubiera dejado ese tipo de ataque sexual. Y ante una psicóloga del Anivi, la niña no describió ninguna agresión sexual por parte de su tío.
El caso había sido denunciado por la madre de la menor el pasado 3 de mayo. Entonces dijo que cuando estaba por bañarla, la nena le dijo que no la tocara en sus genitales como había hecho su tío, metiéndole un dedo, porque le dolía y la rasguñaría igual que lo hizo con él.
Ante la sospecha, Claudio Gauna (fue defendido por María Noriega) pasó tres meses con detención preventiva domiciliaria, porque a causa de un gran accidente de tránsito quedó con su pierna izquierda prácticamente inutilizada.
Durante la investigación, surgieron versiones de que el ahora desligado tenía conflictos familiares con la madre de la niña.
Gauna había pasado 6 años en la cárcel de Chimbas, condenado por robo agravado, pues le atribuyeron haber sido partícipe en dos robos a mano armada cometidos con otro cómplice en una moto, en dos barrios de Rivadavia, el 21 de agosto de 2013. Aquella vez, recibió un balazo en cada uno de sus pies, porque la policía dijo que tanto él como el otro sujeto se resistieron a tiros, pero Gauna asegura que le dispararon cuando ya estaba en el piso, detenido.