Hermann tiene 30 años y, como todas las mañanas, salió de su casa alrededor de las 7 para dirigirse a su trabajo. Pero esta vez no fue igual. Según denunció, fue sorprendido por dos personas en la esquina de diagonal 76 y 42, en La Plata, y al grito de "este es puto, hay que matarlo" lo golpearon y le pegaron una patada en la cabeza.

 

En declaraciones al portal 0221.com.ar, el joven aseguró que "la patada hizo que volaran mis anteojos y yo quedé parado, no me pudieron voltear. Menos mal, sino el cuento hubiera sido otro".

 

Tras el ataque, el joven llamó al 911 para comunicar lo ocurrido: "Vinieron rápido a atenderme porque les dije que estaba lastimado. Me sugirieron que vaya a hacer la denuncia a la comisaría, pero hubiera preferido no ir. La mujer que me atendió, carente de empatía, me preguntaba todo el tiempo si me habían robado y qué me habían robado, sin entender que había sido un ataque homofóbico".

 

"Me duele más la sociedad y su intolerancia que el golpe. La herida se va, la sensación de sentirse indefenso queda", contó resignado Hermann.