El hallazgo de un hombre sin vida motivó un despliegue policial que en un principio estuvo lleno de misterio, pues se especulaba que podía tratarse de un crimen. Si bien resta conocer el resultado de la autopsia para saber con exactitud la causa del deceso, fuentes policiales indicaron a este diario que no se trataría de una muerte violenta.
La víctima se llamaba Juan Ángel Mercado, tenía 54 años y trabajaba en una panadería de la zona. Apareció muerto en la casa donde vivía, ubicada en el 1519 Oeste de la calle Saturnino Sarassa, en la Villa del Carril, Capital. El que lo encontró fue un hombre que compartía la vivienda con él. "No éramos amigos, él tenía su pieza y sus cosas aparte. Sólo éramos conocidos", señaló quien dijo llamarse Jesús.
El hallazgo fue durante la mañana de ayer, cerca de las 10. "Yo había salido temprano y cuando volví me extrañó que el agua que le había dejado para el mate estaba intacta. Cuando fui a su pieza lo vi en la cama y no reaccionaba", agregó. Asustado, el hombre salió a pedir ayuda y justo se topó con un patrullero que iba pasando por la calle. De inmediato dio aviso a los efectivos y cuando entraron advirtieron que ya nada se podía hacer porque Mercado no tenía signos vitales. Al rato la casa estaba llena de policías, entre ellos de la sección Homicidios, que en un principio fueron comisionados porque podía tratarse de una muerte dudosa. "Ha tenido como una muerte súbita", afirmó un familiar, que evitó identificarse. En la Fuerza fueron más cautos y dijeron que esperaban el resultado de la autopsia, ordenada por el Quinto Juzgado de Instrucción, pero suponían que no se trató de una muerte violenta. Lo que les hacía ruido fue que el fallecido tenía un corte a la altura de la nuca, pero los investigadores aseguraron que la hipótesis es que sufrió la herida cuando se desplomó.
Los peritos de la División Criminalística también fueron comisionados al lugar. El equipo recolectó pruebas claves para ayudar con el esclarecimiento del caso.
Cabe destacar que los ingresos de la casa no estaban forzados y no faltaba ningún elemento que hiciera suponer que se trató de un robo. Los familiares además revelaron que "no tenía problemas con nadie".