"Todavía lo lloramos y ese hijo de p… ya está suelto", dijo Mariela, hermana de Luis Alberto Romero (54), el motociclista que el último sábado murió atropellado por un automovilista que conducía borracho y que este lunes fue liberado por decisión judicial.
"Se imaginan cómo podemos estar… nosotros acá matándonos llorando y ese otro debe estar sentado en un sillón cag… de risa con el celular", disparó la mujer, llorando de impotencia.
Luis Alberto Romero fue el motociclista que a eso de las 6 del sábado fue arrollado en Lateral Norte de Circunvalación y Mendoza, Capital, por un muchacho que guiaba un Renault Megane. Su nombre es Francisco Agüero (21), quien tenía 0,87 gramos de alcohol por litro de sangre.
El automovilista se desplazaba hacia el Oeste por el lateral de la avenida. Al llegar al cruce con Mendoza pasó como iba, ignorando la señal "Pare" a su izquierda que lo obligaba a frenar la marcha del auto para dar paso a quienes transitaban por Mendoza (de Sur a Norte y viceversa), como Luis Alberto Romero (54) y Manuel Ariel Ponce, que circulaban hacia el Norte por la última arteria mencionada en una moto Gilera Smash 110cc.
Romero volvía de su trabajo y resultó tan lesionado al salir despedido tras el impacto y caer pesadamente al asfalto, que alrededor de las 9,30 perdió la vida en el Hospital Guillermo Rawson. Ponce, sin embargo, pudo salvarse.
Apenas se produjo la muerte de Romero, comenzaron a intervenir los policías de Delitos Especiales, con un equipo de peritos y otros investigadores al mando del fiscal Francisco Pizarro y Mariano Carrera. Este lunes Agüero fue imputado por el delito de homicidio culposo agravado por el consumo de alcohol y por culpa temeraria. Fiscalía pidió que quedara preso preventivamente, pero el juez interviniente no hizo lugar y ordenó su liberación.
Ante eso, la familia de la víctima explotó de bronca. "Mi hermano no merecía morir así y esto no puede quedar así. ¿Entoces cualquiera puede tomar y salir a matar, si total a las horas ya está libre? No es justo que lo hayan soltado, ahora anda como si nada y mi hermano en un cajón", se quejó Mariela, sin poder contener el llanto.
Romero se dedicaba a pulir pisos. El sábado iba a una changa cuando sufrió la desgracia. "Siempre andaba despacito, nos decía que tuviéramos cuidado. Venía de trabajar, no de hinchar los huevos… encima le destruyó el cuerpo, lo tuvimos que velar a cajón cerrado, no lo pudimos no ver", contó.
La familiar dijo que desde ese día no puede dormir, pero que ella y toda la familia van a hacer "hasta lo imposible" para que el caso tenga justicia. "Veo las cosas de mi hermano y eso me da fuerzas para luchar. Esto no va a quedar así", cerró.
EL VIDEO DE LA TRAGEDIA