Con el informe pericial de Gendarmería ya en sus manos, el fiscal federal Eduardo Taiano aguarda los resultados de un informe tecnológico, un entrecruzamiento de llamadas e información sobre una cuenta de mail del fiscal Alberto Nisman que no solía ser utilizada, pero que registró actividad poco antes de su muerte.
Mientras aguarda por esos otros resultados, el fiscal podría solicitarle al juez Julián Ercolini realizar una reconstrucción final del hecho en el mismo baño en el que Nisman fue encontrado muerto.
Como el departamento que ocupaba Nisman en la torre Le Parc de Puerto Madero (en la ciudad de Buenos Aires) ya fue alquilado, el fiscal le solicitó a Gendarmería que no desmonte la réplica del baño sobra la cual se hicieron las recreaciones posibles de la muerte del fiscal del caso AMIA, informaron fuentes judiciales.
La decisión sobre la realización de una reconstrucción encabezada por el juez y el fiscal será evaluada por Taiano una vez que concluya la lectura de las 400 páginas del informe que ayer le entregó Gendarmería, aunque ya está prevista en el expediente.
Las diferencias entre las declaraciones de dos de los primeros médicos en ver el cuerpo sin vida de Nisman en Puerto Madero generaron que el juez habilitara la posibilidad de una reconstrucción. El médico José Cabrera Mendoza, de Swiss Medical, fue el primero que llegó a Le Parc, tras el llamado de la madre de Nisman, Sara Garfunkel, y su declaración no coincidió en algunos detalles con la de Gabriela Piroso, médica legista de la Policía Federal.
Las diferencias estaban relacionadas con la posición de los brazos de Nisman: Mendoza dijo que "la mano izquierda estaba flexionada del lado de su cabeza sobre el piso, su brazo derecho estaba extendido", y Piroso sostuvo que vio "el miembro superior derecho semiflexionado y rotado hacia la extremidad cefálica y el miembro superior izquierdo en extensión".
Además de un informe tecnológico, la fiscalía espera respuestas de EEUU sobre el contenido de una casilla de correo electrónico de Nisman, abierta en 2007 y vinculada como casilla de contacto a la cuenta que abrió en la sede del banco Merrill Lynch, de Nueva York, por la que pasaron 600 mil dólares.
Nisman abrió esa cuenta el 7 de marzo de 2002, y su madre y su hermana eran las titulares, mientras que él se inscribió como apoderado. El 16 de junio de 2014 fue inscripto un cotitular: Diego Lagomarsino, el asistente informático del fiscal del caso AMIA y dueño del arma que le causó la muerte.
Los investigadores de la muerte esperan que EEUU mande información sobre esa cuenta de correo, también reclamada en un expediente que se investiga por lavado de dinero, y aseguran tener pruebas de que estuvo inactiva 5 años y registró actividad los días previos a la muerte de Nisman.
Otro de los informes que espera el fiscal Taiano es el referido a un entrecruzamiento de llamados ocurridos la mañana de 18 de enero de 2015, cuando todavía no había sido descubierto el cuerpo de Nisman. El entrecruzamiento de llamados involucra teléfonos que por aquellos días utilizaban el exjefe del Ejército, Cesar Milani y el espía y colaborador de Alberto Nisman, Antonio "Jaime" Stiuso, quien los días previos a que apareciera muerto el fiscal decidió no devolverle llamadas.
El trabajo de Gendarmería entregado ayer cuenta con la adhesión de las dos querellas: las hijas del difunto fiscal y la madre, Sara Garfunkel. Queda pendiente la presentación del informe, en disidencia, de Lagomarsino, quien confesó haberle entregado a Nisman el arma de la que salió el disparo que acabó con su vida. Según fuentes allegadas al técnico informático, la presentación se haría el próximo lunes. El contenido del informe no será revelado públicamente, al menos hasta que hayan sido notificadas formalmente todas las partes, entre las que figuran también las defensas de los custodios de Nisman la noche en que murió.
De todas maneras, las filtraciones periodísticas vienen dando cuenta desde la semana pasada que el informe concluirá que a Nisman lo mataron dos personas, que lo drogaron con ketamina y que quisieron hacer aparentar un suicidio. Agencias