Fotos: colaboración Prensa Ministerio de Salud Pública
No son médicos, ni enfermeros. Pero tienen un rol fundamental a la hora de hablar de la salud. Son los agentes sanitarios, verdaderos apoyos para los profesionales de las distintas ramas de la medicina, que entre otras tareas se ocupan de hacer relevamientos casa por casa y dar nociones básicas a la comunidad como la importancia de la vacunación. En la mayoría de los casos son vecinos que tras capacitarse no sólo están atentos a temas de salud, sino que resuelven o facilitan muchas otras necesidades.
Como el próximo domingo 9 de diciembre será su día -así fue establecido a nivel provincial- este viernes se hará una jornada de capacitación y de reconocimiento ya que se elegirán los abanderados que los representen (Ver Un día para celebrar).
Según confirmó Laura Martínez, quien coordina a estos trabajadores, son 230 los agentes sanitarios de la provincia. El número es bajo en relación a las sugerencias sanitarias internacionales que proponen 1 cada 750-800 habitantes sin cobertura social. De todos modos, se están cubriendo estos espacios laborales ya que no es una actividad voluntaria, sino que está rentada a través de becas del programa nacional Médicos de Cabecera. El departamento que más trabajadores tiene es Rawson con 29 personas en este rol, seguido por Sarmiento y Pocito (24 cada uno respectivamente), y Valle Fértil, 18, que pese a que tendría que tener muchos menos, se establece por una cuestión de dificultades geográficas y de necesidades de la población.
"Es un personal muy importante dentro del equipo de salud. Es la persona que se encarga del contacto con la comunidad a la cuál asistimos. Son nuestros ojos y nuestro brazos en terreno. Son los que conocen a la población, la georeferenciación de las familias, las casas, los lugares. Son los que trabajan las actividades comunitarias, dan talleres, colaboran con el resto del equipo. Su rol es el de hacer prevención y promoción de la salud”, asegura Gabriela Gutierrez, titular del área Atención Primaria de la Salud del Ministerio de Salud.
Esta figura no es nueva. Desde los años ’70 comenzaron a funcionar bajo diferentes denominaciones. Promotores de la salud, agentes comunitarios, agentes sanitarios, se los llame como se los llame son quienes hacen conserjería, llenan historias clínicas, hasta puede hacer pedidos de derivaciones en centros de salud en caso de constatar la necesidad de otro tipo de atención médico. Algunos, que en otros tiempos hicieron cursos de auxiliar de enfermería, toman la presión, ponen inyecciones y ayudan en algunos procedimientos médicos, pero aclaran, no es la tarea para la cuál se los convoca.
Una de las mayores aspiraciones a corto plazo es lograr las acreditaciones académicas y el interés de alguna universidad para concretar la tecnicatura en Gestión Sanitaria y así revalorizar el rol desde un futuro título. Según adelantó la titular de Atención Primaria se está trabajando y haciendo gestiones para lograrlo.
Un día para celebrar
Evidentemente los agentes sanitarios son tan importantes para el sistema que no sólo tienen un día nacional, sino además un día provincial, que se conmemora cada 9 de diciembre.
Ese día se aprovecha no sólo para reunir a todos los trabajadores en un Encuentro Provincial de Agentes Sanitarios sino además para evaluar sus trabajos, compartir experiencias y optimizar estrategias para mejorar la tarea en terreno, además de capacitarse. Eso es lo que se hará, además de un acto con autoridades de Salud Pública, el próximo viernes 7 de diciembre en el Parque de Chimbas (en Benavídez y Tucumán). En la oportunidad se hará el cambio de abanderados y escoltas, elegidos por sus pares no sólo por su trabajo y desempeño en campo, sino además por la antigüedad y por la calidez con que llevan adelante la tarea.
Dolly Pérez Olivera
Vocación de amor
Dolly quería ser médica. Pero no pudo por cuestiones familiares. A cambio, sus padres apostaron a que fuese maestra. Se recibió y en lugar de elegir una escuela para dar clases pidió hacer algún tipo de tareas en el Hospital de Angaco. Tenía como antecedente los cursos de primeros auxilios que había tomado en la Acción Católica. Así fue como hace 31 años -entonces con tal sólo 18 (ahora tiene 50)- se convirtió en Agente Sanitaria.
"Es una función tan linda. Que da tantas satisfacciones pero a su vez que implica mucho compromiso porque la gente confía en uno para resolver muchas cuestiones que a veces exceden al tema de salud”, cuenta esta mujer que conoce como la palma de su mano a las poblaciones de El Abanico, El Bosque, Las Tapias, entre otros distritos angaqueros. También ejerció en Calingasta.
El oficio además le dio su propia familia. Es que en el Hospital Alfredo Rizo Esparza conoció al doctor Jorge Enrique Alaniz, con quien hace 23 años se casó. "Él ha sido un gran maestro. No sólo porque tiene varias especialidades: es médico generalista, laboral y de familia, sino que además es muy solidario. Entonces muchas veces además de hacer la tarea como agente sanitaria me ayuda con cuestiones médicas y hasta volvemos con donaciones para ayudar a la gente”, cuenta esta trabajadora que no cambiaría por nada de mundo de oficio. Ni siquiera por la diabetes que la obliga a ser insulinodependiente ni por las hernias en la columna que la afectan.
Adolfo Chávez
Un trabajo comprometido
En Sierras de Elizondo en Valle Fértil -a más de 300 kilómetros de San Juan- viven 18 familias con un total de 84 habitantes. Quien más los conoce es Gochi o Adolfo Chávez, no sólo por haber nacido y crecido en el lugar o porque algunos sean sus parientes. Sino porque es oficialmente el agente sanitario del lugar desde hace 21 años. El sabe de memoria que sólo 6 personas padecen hipertensión y que todas cumplen con su medicación a diario. Diabéticos no hay. Tiene el registro que todos los niños del lugar -entre ellos 4 a los que ayudó a nacer- ya fueron vacunados contra la rubeola o el sarampión. Y que en todo el 2016, 2017 y 2018, se enfermaron unos pocos de un resfrío común o una gripe, a lo sumo un dolor de estómago por indigestión. Nada para preocuparse.
"La verdad es que no me dan mucho trabajo porque se hace mucha prevención, pero cuando alguien tiene un problema de salud, el trabajo es mucho y grande”, cuenta a la distancia este trabajador de 43 años, refiriéndose a que no llegan los vehículos hasta el lugar entonces hay que bajar al enfermo en camilla por un camino sinuoso que implica 10 horas de caminata. El pueblo más cercano es Astica (a 50 kilómetros). Ese mismo camino es el que hace Gochi, salvo que lo hace liviano caminando (y tarda 6 horas) o en una moto enduro que le han provisto desde el hospital vallisto y le insume 2 horas y media.
Gochi también es auxiliar de Enfermería. Pero sus satisfacciones han venido de la mano de ser Agente Sanitario ya que es el actual abanderado. "Ser agente sanitario implica un rol súper importante: uno es el que lleva el problema de la gente a los centros de salud”, explica.