Mientras los restaurantes, locales de ropa, peluqueros y hasta gimnasios, alquilan o venden sus productos mediante delivery, el rubro de boliches se ve imposibilitado de llevar a cabo esa medida. Es que mientras la pandemia del Covid-19 paralizó la actividad económica del mundo y la sociedad entera se confinó en sus hogares, el rubro de la noche fue el primero en bajar las persianas y será de los últimos en reabrir las puertas. Es por eso que los propietarios de locales bailables de la provincia se unieron y buscan alternativas para poder paliar la difícil situación económica.
"No existe un plan B ni un plan C, el panorama es negro para nosotros sabiendo que vamos a ser los últimos en volver a la normalidad", expresó Fernando Heredia, propietario de Luna Morena y Kailasa. Y en ese concepto se alinea por estas horas el resto de los bolicheros sanjuaninos. Si bien todo estará supeditado a la evolución de la curva de contagios en los próximos meses y San Juan continúa libre del virus, los pronósticos más optimistas descuentan que los boliches no funcionarán hasta noviembre, como mínimo. Pero claro, con tantos meses por delante sin poder funcionar, los alquileres siguen corriendo, al igual que los impuestos y tasas municipales, aún sin ningún tipo de ingresos en sus arcas. Por eso, la pandemia hizo que los empresarios de locales nocturnos llegaran a una unión que hace años estaba pensada. "Más de una vez intentamos formar una Cámara o Federación, pero por diferencias de criterios no se logró. Hoy hemos logrado unirnos para pensar alternativas que sirvan de ayuda para pasar esta situación", siguió Heredia. El empresario, con varios años en el rubro, integra un grupo junto a bolicheros de la zona Cuyo y por más que piensen alternativas que sirvan de solución, no las encuentran.
En San Juan por lo pronto, los dueños de boliches lograron agruparse al menos en un grupo de Whatsapp y ya tienen pensando un bosquejo de pedido para presentarle al Gobierno provincial en búsqueda de un subsidio o ayuda que sirva, al menos, para cubrir un porcentaje de los gastos. "No sería una solución pero al menos serviría para paliar la situación un tiempo. El 90% de los bolicheros vive de esto y serán difíciles los meses venideros", comentó Eduardo Patinella, dueño de De La Ostia. Federico Blanco, uno de los dueños de Quattro, estuvo investigando sobre cómo actuaron los boliches en Europa ante la pandemia, pero tampoco obtuvo respuestas: "No hay ninguna fórmula, nadie ha podido reinventarse, debe ser el rubro que menos esperanza tiene para poder sacar adelante esto", expresó.
Sobre el pedido que se elevaría ante el Gobierno, de poder obtenerlo, todos coincidieron en que sería de gran ayuda para todo el sector, sabiendo que el 90% alquila sus locales, que rondan aproximadamente los 100 mil pesos mensuales, y los impuestos, mencionando sólo la boleta de energía, se abona entre 25 y 50 mil pesos.
Mientras el confinamiento sigue, la diversión en boliches seguirá postergada por meses aunque los alquileres y facturas, continuarán corriendo.
Los empresarios locales
FERNANDO HEREDIA – Luna Morena y Kailasa
"Seremos los últimos en regresar, estamos atados de pies y manos porque no podemos generar un plan B. Estamos pagando 100 mil pesos sólo de factura de luz. A muchos la situación los va a colapsar".
FEDERICO BLANCO – Quattro Club
"Es complicado, por más que busquemos alternativas. Nosotros tenemos los contratos vigentes en los dos locales y entre alquiler e impuestos, pagamos 250 mil pesos. Muchos evalúan rescindir contratos".
EDUARDO PATINELLA – De La Ostia
"Con suerte podremos abrir a fines de este año. Somos muchos los que vivimos de esto, no sólo los dueños, hay iluminadores, sonidistas, seguridad, barra, administrativo y una larga cadena de proveedores".
