El acuerdo entre Rusia y Ucrania para el establecimiento de corredores humanitarios ayer fue un fracaso. La idea de evacuar civiles para entregarles alimentos y medicinas fue ensombrecida por los ataques entre ambas naciones en conflicto.

La prevista apertura de dos corredores humanitarios en las ciudades de Mariúpol y Volnovaja (ambas en el sureste de Ucrania), para evacuar a la población civil, anunciada por Rusia, quedó suspendida por operaciones militares de las que ambas partes se acusaron mutuamente.

Mariúpol es un puerto estratégico ucraniano sitiado por fuerzas rusas. La salida de los civiles "fue postergada por razones de seguridad", ya que las fuerzas rusas "continúan bombardeando Mariúpol y sus alrededores", declaró la alcaldía en la aplicación de mensajería Telegram.

Las milicias de la autoproclamada república separatista de Donetsk, aliadas a Rusia y territorialmente próximas a Mariúpol, en tanto, responsabilizaron de estas nuevas hostilidades a grupos de extrema derecha ucranianos.

"Los nacionalistas se negaron a proporcionar un corredor humanitario a los residentes de Mariúpol, y además se negaron a marcharse a territorio seguro", indicaron en un comunicado.

También Rusia culpó a los "nacionalistas ucranianos" de impedir irse a la población civil, algo que también pasó en Jarkov y Sumy, por lo que sus fuerzas retomaron la ofensiva.

La salida organizada iba a realizarse en micros municipales desde tres puntos de la ciudad y en vehículos particulares, que deberían atenerse estrictamente a una ruta preestablecida hasta llegar a Zaporiyia, donde se encuentra la central nuclear atacada hace días.

Los locales se frustraban ante la imposibilidad de escapar "bajo los bombardeos", según dijo el vicealcalde Sergei Orlov.

Por su lado, el ejército ruso reanudó su "ofensiva" sobre las dos ciudades sitiadas del sudeste de Ucrania, incluyendo el estratégico puerto de Mariúpol, informó ayer el portavoz del Ministerio ruso de Defensa.

"Debido a la reticencia de la parte ucraniana a influir en los nacionalistas o a prolongar el cese el fuego (acordado recientemente para permitir evacuaciones), las operaciones ofensivas se reanudaron a las 18 hora de Moscú", precisó el portavoz ministerial, Igor Konashenkov, en un mensaje de video. En consecuencia, los corredores humanitarios quedaron en suspenso, al igual que el traslado de refugiados.

Según el Ministerio de Defensa ruso, los nacionalistas y las Fuerzas Armadas de Ucrania aprovecharon la tregua humanitaria para "reagrupar unidades" en las posiciones defensivas y en todo Mariúpol, estratégica ciudad portuaria, que tiene casi 450.000 habitantes, algo que también habría observado en Volnovaja.

"Desafortunadamente, hasta el momento, tenemos información confiable de que de los 200.000 refugiados declarados de Mariúpol y 15.000 de Volnovaja, nadie ha llegado a los corredores humanitarios abiertos", dijo el coronel general ruso.

Dijo que las fuerzas rusas recibieron fuego de artillería a las 10.08 hora local desde Mariúpol y "fuego continuo desde Volnovaja desde las 10.11 hora local hasta las 10.21, cuando el alto el fuego anunciado por Moscú tenía que haber empezado a las 10.00 hora de la capital rusa.

Los expertos ya habían dudado del cumplimiento ruso de la medida. Advertían, además, que el alto el fuego podría beneficiar a Rusia, que podría aprovechar para reagruparse, reabastecerse y, tras la salida de la mayoría de la población civil, lanzar una dura ofensiva para ocupar Mariúpol, de una gran importancia industrial y estratégica en el mar de Azov, para avanzar en sus planes de crear un corredor desde la península ucraniana de Crimea, que se anexionó ilegalmente en 2014, y el Donbás.

Unas 15.000 personas aspiraban a utilizar los corredores humanitarios supervisados por la Cruz Roja desde Volnovaja, situada entre el Mar de Azov y la ciudad de Donetsk, controlada por Moscú y reclamada por los separatistas prorrusos apoyados por el Kremlin desde 2014. La localidad, de 21.000 habitantes, está prácticamente arrasada por los bombardeos, los cadáveres yacen en las calles sin poderse recuperar y la ciudadanía que queda en Volnovaja permanece acurrucada en los refugios por los constantes ataques. No hay suministros y se están quedando sin comida, advirtió el diputado local Dmitro Lubinets.

Médicos sin Frontera, que tiene personal en la zona ha advertido que la situación en las dos ciudades es crítica. "Ayer recogimos agua de nieve y de lluvia para poder beber. Hoy hemos tratado de conseguir agua en las distribuciones, pero la cola es enorme", ha relatado uno de sus trabajadores en una nota.

"Las farmacias no tienen medicamentos", admiten. "Las personas que buscan seguridad tienen que poder ponerse a salvo sin miedo a sufrir los efectos de la violencia", consideran.

 

Cerca de Kiev. Los inmuebles ensombrecidos por el humo de los ataques en zonas cercanas a Kiev, que busca opciones para frenar el avance ruso. La invasión le quita el sueño a Ucrania.

 

  • Manifestación para rechazar los combates

Más de 40.000 personas se manifestaron ayer en Zurich, la ciudad más grande de Suiza, y varias miles más desfilaron en otras ciudades del país para denunciar la invasión rusa y la guerra en Ucrania.

Las manifestaciones más numerosas, además de la de Zurich, tuvieron lugar en Berna, Ginebra y San Galo. En las manifestaciones han destacado las invocaciones a un cese

inmediato de las hostilidades, al retiro de las tropas rusas y a negociaciones diplomáticas que hagan posible detener los ataques. Bajo el lema "Paz ahora", los manifestantes desfilaron en varios casos en silencio.

Organizaciones sindicales, el Partido Socialista y el Partido Verde llamaron a estas congregaciones de apoyo al pueblo ucraniano y se movilizaron para facilitar la acogida en Suiza de los refugiados que lleguen de Ucrania. En la manifestación que se desarrolló en Ginebra, la alcaldesa Fréderique Perler, pidió ante la multitud el respeto del derecho

humanitario, garantizado por las Convenciones de Ginebra firmadas en 1949 para establecer normas mínimas en tiempos de guerra, incluida la protección de los civiles y del personal humanitario.

Por otro lado, miles de personas se concentraron ayer en el centro de París en apoyo de Ucrania para pedir el fin de la guerra con muchos mensajes contra el presidente ruso y una proclama a gritos que dominó sobre todas las demás: "¡Putin asesino!".

La convocatoria en la plaza de la República, coincidió con otras manifestaciones que también se habían organizado en diversas ciudades de Francia, como Bayona, Clermont Ferrand o Amiens. En los mensajes de las pancartas, que se mezclaban con banderas de Ucrania, había muchos para pedir el fin de la guerra pero también para condenar a Putin como responsable.

¿Y los argentinos?

La Cancillería informó que 80 argentinos pudieron salir de Ucrania hacia diferentes países mediante "la coordinación entre las representaciones diplomáticas argentinas y por la colaboración de autoridades migratorias locales", y afirmó que "ya no quedan connacionales que estuvieran transitoriamente" en ese país.

"Desesperado"

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, hizo una "petición desesperada" de aviones para combatir a los invasores rusos durante una videollamada con legisladores estadounidenses, dijo el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer. Existe un fuerte apoyo bipartidista a la ayuda militar y humanitaria.

 

Enojo por las sanciones

El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo ayer que las sanciones occidentales a Rusia equivalen a una declaración de guerra y advirtió que cualquier intento de imponer una zona de exclusión aérea en Ucrania equivaldría a entrar en el conflicto.