Los 12 chicos y su entrenador rescatados tras pasar más de dos semanas atrapados en una cueva del norte de Tailandia recibieron este miércoles el alta en el hospital de Prachanukroh de Chiang Rai y, apenas salieron, le hablaron al mundo.
La conferencia de prensa -que se pautó que duraría 45 minutos y fue transmitida por la televisión local- comenzó pasadas las 8 de la mañana de Argentina. El equipo de fútbol infantil se presentó y Ake, el entrenador, de 25 años, fue el primero en hablar. Los tres oficiales de la Marina tailandesa que se quedaron con los chicos en la cueva estaban junto a ellos.
La primera pregunta de uno de los periodistas fue directo al inicio del rescate, cuando fueron encontrados, tras 9 días a oscuras y sin comida: "¿Cómo fue cuando vieron a los buzos británicos?". Dul, el único de los chicos que sabe inglés, dijo que escucharon a alguien hablando y, "sin poder creer que hubiera alguien allí". Mick, que tenía una antorcha, se acercó a los buceadores británicos.
"Cuando uno de ellos emergió, dije ‘Hola’, dijo Dul. Y todos aseguraron que se sorprendieron de que el buzo no fuera tailandés. "Este fue un momento milagroso", aseguró. Le respondió: "Estamos bien".
Cuando les comunicaron a los dos buzos británicos que los 13 estaban a salvo en la cueva, uno de ellos exclamó: "¡Brillante!".
El entrenador Ake le pidió a Dul que tradujera lo que los buzos británicos estaban diciendo. Y recuerda que Dul instó a sus amigos a ser pacientes.
El chico recuerda haberle dicho a los buzos que habían estado en la cueva durante 10 días. Sus cerebros eran muy lentos en ese momento, aseguró.
Este fue el primer contacto del grupo con los medios luego del alta médica. Llevaban internados en el hospital de Chiang Rai desde que fueron rescatados, en tandas, entre el 8 y el 10 de julio.
Las autoridades tailandesas prepararon la conferencia de prensa para que los chicos respondieran todas las dudas sobre el rescate milagroso. Para autorizarla necesitaron el visto bueno de los médicos y psicólogos que los atendieron estos días.
El gobierno de ese país consideró que el grupo debía volver lo antes posible a su vida normal y que, de ahora en más, eviten convertirse en el centro de los medios de comunicación.
Los chicos, de entre 11 y 16 años, y el entrenador, de 25, recuperaron los entre 2 y 3 kilos de peso que habían perdido mientras estuvieron atrapados en la cueva de Tham Luang, donde entraron el 23 de junio tras completar un entrenamiento de fútbol. Una súbita tormenta inundó el camino de salida de la gruta y no pudieron salir.
Los 13 estuvieron nueve días perdidos y sin alimentos hasta que los encontraron a cuatro kilómetros de la entrada, el 2 de julio, y finalmente fueron rescatados en tres días: el 8 de julio salieron cuatro; el 9, otros cuatro; y el martes 10, los cinco restantes.
Los equipos de búsqueda y rescate, en los que participaron más de mil personas, los sedaron y transportaron en camillas y bajo el agua en los tramos inundados hasta la boca de salida de la caverna.