La medicina forense de la provincia de Mendoza arrojó los primeros resultados de las autopsias realizadas a los cuerpos de las turistas israelíes Pyrhia Sarusi (63 años) y Lily Pereg (54), quienes fueron encontradas sin vida y enterradas en el domicilio del acusado y detenido Nicolás Gil Sarusi Pereg. El saldo de los análisis fue escabroso: se hallaron orificios de bala y hasta heridas de entrada y salida con hierros cometidas aún después de que se produjeran las muertes.

 

Según los resultados preliminares de las autopsias, ya se puede comprobar la brutalidad de los dos crímenes.

 

Los cuerpos presentaban un grado importante de descomposición, por lo cual, todavía los especialistas no pudieron identificar cuál cuerpo pertenecía a Sarusi y cuál a Pereg. Para poder determinarlo, se deberán esperar los resultados de los estudios de ADN, que saldrán a la luz en las próximas horas.

 

Según la autopsia, uno de los cuerpos presenta como causa de muerte tres impactos de arma de fuego. El otro no fue atacado a balazos, pero presentó lesiones de arrastre, golpes en diferentes partes de la cabeza y el torso y otras causadas por maniobras de defensa.

 

El dato más macabro de los resultados arrojados por el Cuerpo Médico Forense mendocino indicó que a ambos cuerpos se les incrustaron hierros aún después de las muertes de ambas mujeres. Los investigadores tratarán de indagar si esos ataques respondieron a un ataque de ira del asesino o si se intentó realizar más heridas con el fin de dificultar una potencial identificación de los cadáveres.

 

La última vez que las dos turistas israelíes habían sido vistas con vida fue el 12 de enero. Cuatro días después, el caso tomó trascendencia cuando familiares de ambas iniciaron una cruzada en las redes sociales en la que denunciaron las desapariciones. Gil Sarussi Pereg, ingeniero electrónico y ex militar, realizó en su momento la denuncia por las desapariciones de su madre y su tía: en su momento afirmó que la última vez que las había visto había sido durante ese sábado 12, cuando las acompañó a la parada de colectivo que las llevaría al departamento que habían alquilado en la calle España al 1139, en el centro de la capital provincial.

 

 

La fiscal Claudia Ríos inició la investigación con la búsqueda de los paraderos de las dos turistas y el hallazgo se dio casi dos semanas después, el último viernes, durante el cuarto allanamiento a la casa de Gil Pereg, en Guaymallén.

 

Los cuerpos fueron encontrados en el fondo de la casa ubicada en la calle Julio A. Roca 6079, del barrio Buena Nueva. Asimismo, el hombre de 36 años pasó de ser considerado testigo a sospechoso a raíz de inconsistencias en su relato, contradicciones entre sus dichos y diversas pruebas recogidas y a manchas de sangre en una de sus remeras que correspondían a las víctimas.

 

Los cuerpos estaban enterrados en un pozo a más de dos metros de profundidad, cubierto de piedras y tierra, en el fondo de la vivienda.
Asimismo, Gil Pereg quedó detenido e imputado por el delito de homicidio agravado por el vínculo en concurso real con homicidio simple.

 

Desde el cuerpo forense todavía no se informó sobre la fecha en la que se produjeron las muertes ni sobre la posibilidad de que haya actuado más de una persona en los crímenes.