Siempre hay opciones para todos los hijos que se cansaron de regalar pañuelos, calzoncillos, camisetas pares de medias y bufandas. Inclusive camisas, cinturones y corbatas. Y para aquellos que no tienen ahorros como para invertir en algún artículo tecnológico de última generación. O para los que buscan un presente original y fuera de serie. Inclusive un objeto que puedan personalizar. Para todos ellos, muchos artesanos y creativos locales ya pusieron manos a la obra para hacer alternativas a los regalos tradicionales del Día del Padre, que se celebrará el próximo domingo 16 de junio.
Brindis con sabor a hierbas
Fernet con tonada sanjuanina
Es cierto que comenzó siendo una especie de jarabe que se usaba para tomar luego de las comidas. Así oficiaba de "bajativo o digestivo". Claro que tras la incorporación de la famosa bebida cola, es un trago que se toma sin distinción social en muchas partes del mundo, aunque Argentina lleva la delantera. Lo que pocos imaginan es que en San Juan, un grupo de cuatro amigos – los hermanos Raúl y Marcelo Cuello , Roberto Pérez y Osvaldo Román-, tienen su propia fórmula secreta para elaborar un fernet con hierbas locales -sin aditivos ni conservantes-, que lo diferencian del ya conocido. Desde hace menos de un año lo comercializan en ferias locales donde venden los 80 litros que producen por mes. Ideal para regalar el Día del Padre (o cualquier otro día), porque de antemano se sabe que será bienvenido. Tiene sólo 20 por ciento de alcohol y es totalmente elaborado en la provincia.
La idea comenzó tras un viaje pendiente de la adolescencia que lograron cumplir en Capilla del Monte, Córdoba, aunque fue el regreso el que marcó la iniciativa. "Pasamos por Cura Brochero para cumplir una promesa de uno de los chicos y ahí descubrimos un fernet artesanal que nos gustó mucho porque era totalmente diferente al conocido", explica Marcelo.
El proyecto no tardó en llegar y si bien el grupo de viajeros era más nutrido, fueron cuatro los que se aventuraron a producir el fernet sanjuanino de la marca "Chapanay", en el corazón de Villa Krause.
Nada sencillo porque ninguno tenía la más mínima idea de cómo se hacía este producto. Sólo sabían que querían un "fernet", pero con hierbas de San Juan, a la par comenzaron maestrías y cursos de manipulación de alimentos. Tutoriales de Youtube y páginas de Internet fueron claves para comenzar la investigación. Fueron pruebas y pruebas hasta lograr el cometido.
"Primero quisimos hacerlo para el grupo de amigos y empezó a gustar. Así dimos un paso más: hacer una inversión para comprar los elementos básicos como botellas, hierbas, ollas de acero inoxidable, a la par sacamos las habilitaciones correspondientes y seguíamos estudiando. Es difícil de conseguir porque el proceso no es sencillo. Una parte de las hierbas de hoja se infusionan, mientras que las de semilla se maceran, luego se agrega caramelo y alcohol. Todo eso llevó un tiempo hasta que logramos la receta que buscamos", cuenta Marcelo.
El tema era conseguir algo diferente por ese motivo es que a lo que se conoce como fórmula del fernet decidieron sumarle hierbas cuyanas, sobre todo sanjuaninas."Ese era el toque de identidad que queríamos darle. Así incorporamos algarroba, muña muña, entre otras. Todo lo conseguimos acá, no traemos nada de afuera y lo hacemos en su totalidad", indica.
El nombre, la etiqueta, todo estuvo a cargo de este grupo inseparable de amigos, que no dudan en seguir creciendo en este rubro. Actualmente forman parte de las ferias agroproductivas que realiza el Ministerio de la Producción, o encuentros departamentales que es donde venden la totalidad de su producto (precio: 80 pesos la botella de medio litro).
Otra de las particularidades de este fernet es que no contiene ningún aditivo ni conservante lo que le permite una duración de aproximadamente un año, aunque las exigencias bromatológicas les exigen un vencimiento máximo de 6 meses.
"El público al que llegamos es diverso, muchos jóvenes lo llevan para cortarlo con Coca, pero otra parte lo usa como digestivo. La verdad es que nos va muy bien hasta el momento", indica Roberto Pérez, quien es gastronómico en una minera en alta montaña.
Si bien el disparador fue el fernet, no tardó en llegar la idea de producir cerveza a la que bautizaron con la marca Baron. Actualmente elaboran unos 150 a 200 litros mensuales de 12 variedades diferentes, desde una Golden, hasta porter e IPAs.
Atesorar recuerdos
Las fotos vuelven al álbum familiar
En estos tiempos en los que abundan las selfies y las fotos tomadas con celulares y cámaras digitales que no implican la impresión fotográfica, Diana Gil Bielous, asumió el desafío de volver a las fuentes: esta arquitecta devenida en fotógrafa no sólo se impuso tener fotos de papel sino que las resguarda para siempre en álbumes de papel que ella misma diseña, confecciona y prepara para regalo. Justamente esta es su propuesta de obsequio para este Día del Padre o para cualquier otra ocasión que imponga celebrar el amor, a partir de los recuerdos.
Después de algunos años de recorridas por obras arquitectónicas y proyectos urbanísticos, Diana encontró en el emprendedurismo mucho más que un hobbie. Empezó haciendo accesorios y muñecos de trapo para bebés y casi sin darse cuenta descubrió que la fotografía era su cable a tierra. Eso la llevo a entrar en una vertiginosa carrera por tomar imágenes: renovó su cámara, sus lentes y su flash, no dejó rato libre en su agenda porque lo ocupó saliendo a hacer foco con sus hijos como modelos y la arquitectura de San Juan como paisaje. En el 2016 se propuso tomar en serio la cuestión e inició una etapa de capacitación; en ese entonces hizo un curso de retratos y al año siguiente, otro de retrato infantil, entre otros. De a poco en su estudio como arquitecta fue haciéndole lugar a luces, accesorios fotográficos, elementos decorativos. Y así le encontró la veta comercial. A la par, por supuesto, siguió disfrutando de mirar fotos en familia, justamente de aquellos álbumes en los que ella era chica y tenía toda la vida por delante.
"Lamentablemente la gente no le da el mismo valor que hace unos años a las fotos en papel, hasta que las ve plasmadas. Yo hago fotografías de bebés y niños y a muchos clientes les proponía imprimirlas pero se negaban conformándose con el archivo digital solamente. Entonces empecé a regalarles algunas impresas. A partir de ahí me pedían armar un fotolibro. Así fue que se me ocurrió incorporarlo como una opción más”, cuenta la creativa que justamente hizo el primer fotolibro dedicado a su papá Ernesto y su mamá Fanny como corolario de un viaje en familia que incluyó hijos, yernos y nuera, y por supuesto nietos.
La propuesta de Diana, al menos en esta oportunidad, es que quien quiera dar una sorpresa con un fotolibro se tome el trabajo de recopilar fotos de familia con un valor sentimental o una carga emotiva importante. Además tiene que scanearlas o digitalizarlas.
Los fotolibros son publicaciones espiraladas (no encuadernadas) en tamaño A4 con diseño personalizado de 20 páginas de papel fotográfico en las que se puede incluir hasta 50 fotos de distintos tamaños. Las tapas llevan el diseño según las características de cada papá. Hay tiempo de hacer la reserva hasta el próximo 12 de junio, contactándose al 2644048891 o por redes sociales con Diana Gil Bielous Fotografía. Por estos días, tiene una promoción especial de 1800 pesos para quien quiera aprovechar este regalo para el Día del Padre. Para aprovechar.
"Como muchas fotos tienen una historia o remiten a un lindo momento, en el diseño, se dejan espacios para que quien regala o quien recibe pueda escribir un comentario, una frase, una dedicatoria. Las fotos, son sin lugar a dudas, una forma de revivir esos instantes”, asegura este profesional que sugiere los álbumes temáticos pero también otros para recordar aniversarios, viajes y ocasiones familiares especiales.
Parrillas personalizadas
Para fanáticos del asado y del club de los amores
Maximiliano Murciano Villafañe logró combinar dos de sus grandes placeres en un mismo objeto: la pasión por su club de fútbol -River- con su fanatismo por el asado. Con algunas horas de trabajo previo para diseñar lo que quería y mucha dedicación para que fuera prolijo, fue como surgieron sus parrillas personalizadas, lo que no es ni más ni menos que un soporte para poner en el fuego que tiene como sello distintivo el escudo del equipo.
En su caso, no hizo falta campaña publicitaria para que le llegaran pedidos. Con solo verlas y con la difusión "del boca en boca” más de uno se entusiasmó. De hecho aquella primera parrilla jamás fue estrenada por su creador, sino que al enterarse su mejor amigo Pablo Pereira, la pidió como regalo de cumpleaños. Lo mismo le ocurrió con otros objetos de herrería en los que fue incursionando y llevando a otros asados. Entonces lo que comenzó como un primer intento para tener un parrillero para estrenar en el departamento al que se mudó, pronto pasó a ser un buen regalo para propios y ajenos y con el tiempo, inclusive, un interesante ingreso económico extra para sus bolsillos.
"Vengo de una familia muy fanática de diferentes equipos de fútbol y como si fuera poco, gente con buena mano para la cocina. Entonces se me ocurrió hacer estas parrillas diferentes para intentar diferenciarme y hasta llamar la atención. Y lo logré”, cuenta este muchacho que más allá de su elección futbolera, no tiene drama en hacer parrillas con los equipos contrincantes. A esta altura de las circunstancias la que más éxito ha tenido es que la lleva adosado entre los hierros el escudo de Sportivo Desamparados, aunque también tiene pedidos de hinchas de River, Boca, Gimnasia de Mendoza, de otros clubes de la liguilla local e inclusive de otros deportes como el rugby. Para este último caso, hizo parrillas con el escudo del San Juan Rugby.
Claro que no sólo se ciñe al simbolismo de las canchas. En una oportunidad le pidieron una parrilla con la figura de una araña como regalo para una persona que se recibía de Biólogo. Se la hizo, por supuesto. También ha hecho productos que luego se han enviado a Mendoza y San Luis.
"Hago de todo para los asadores y cocineros, desde utensilios varios para remover las brasas y servir asados hasta estas parrillas (cuyo valor parte de los $900), planchetas, parrilleros tipo chulengos, elementos para hacer carne a la llama como cruces, estacas y tridentes, discos. Lo último que se me ocurrió es un parrillero vertical con horno incluído y el cajón del fuego que es una maravilla para cocinar”, detalla Maxi sobre los productos de hierro soldado que ofrece, en distintos tamaños y diseños según los gustos de cada uno.
Con solo enviar la imagen de lo que se quiere ver plasmado en el metal y con una anticipación de una semana, es suficiente para hacer el encargo, contactándose al celular 2645258674 o personalmente en su taller ubicado en Sarmiento 570 norte, en Capital.
"Se puede hacer el escudo o la imagen que el cliente quiera. Del mismo modo se pueden personalizar con colores, detalles, letras”, dice este experto metalúrgico que por mañana y hasta a la tarde trabaja como soldador para una empresa y a la tarde noche, se da algunos gustitos personales y cumple con los encargues de los clientes, en su propio taller. Si bien él estudió la Tecnicatura en Minería en la Escuela Industrial, hace un par de años que se dedica a este oficio, siguiendo sin habérselo propuesto siquiera, los pasos de su papá. Trabaja con metal y hace no solo parrilleros, sino además rejas, muebles y hasta carpintería metálica.
Kits y valijitas para todos los gustos
Con la vajilla siempre lista
A diferencia de otros rubros, para Andrés Soto, los festejos para los papás son los días que más que vende. Es que lo suyo está pensado para los varones. Pero ojo… No cualquier varón. Sino aquel que, fundamentalmente, disfruta de los buenos momentos y las buenas compañías. Para este tipo de personas, este diseñador les propone objetos de uso cotidiano de madera pero con una forma original: todo es hexagonal. Y como van con sus propios estuches todo queda perfectamente ordenado y hasta puede guardarse en el baúl del auto por si surge un asado o un encuentro de amigos de imprevisto.
El negocio de Andrés -que por razones obvias se llama Seix Hexagonal Diseño- se basa en kits para el fernet, kits materos, de vinos y de asados o lo que el cliente pida según las preferencias del agasajado. Incluyen mates, yerbera y azucarera además de la bombilla, platos, cubiertos y copas, vasos, accesorios como sacacorchos, abridores y cortagotas, inclusive botellas, entre otros elementos que pueden comprarse de manera individual o hasta para 5 comensales. Sus trabajos vienen guardados en valijitas o dentro del típico bolso del mate. Claro que todo se hace, en este caso, de madera de pino de ½ pulgada de grosor. Salvo en el caso que el pedido incluya colores específicos entonces utiliza MDF para poder pintarlos con los colores del equipo de fútbol por ejemplo. Eso sí, todo es absolutamente artesanal.
Tiene otra línea de productos, bajo la marca CNC-X cortes y grabados, que con otras técnicas y maquinarias, ofrece tablitas para picadas, siempre con la misma forma hexagonal.
"Los kits tienen la característica que si bien son de madera, son muy livianos, fáciles de transportar porque son rígidos. Además se pueden personalizar y adosar lo que el cliente quiera, según las necesidades. Por ejemplo, una vez me pidieron para una persona que le gustaba cocinar agregarle al kit de asados, unos especieros. Quedó buenísimo. Lo mismo se puede hacer con otros productos”, cuenta el Diseñador Industrial que al momento de recibirse comenzó a hacerse un lugarcito en la profesión utilizando los restos de las maquetas que había realizado en su carrera, dándoles como destino estos originales utensilios. Hace unos años -y gracias a haber recibido un incentivo del Fondo Semilla que le permitió comprar maquinaria- tuvo su propio negocio y llegó a tener pedidos de otras provincias y cuidades del país (como Buenos Aires, Entre Ríos, Rosario) pero como no daba a basto con la producción decidió enfocarse en responder a los pedidos que le hacen en su taller ubicado en la calle Belgrano 215 (sur) en Rivadavia, en su teléfono (264-4106794), o en sus redes sociales (bajo el nombre de sus emprendimientos).
En el listado de precios, hay para todos los bolsillos: un kit de asado individual se consigue desde 350 pesos y uno para 5 personas, a 1100 pesos, el bolso matero de madera con sus implementos cuesta $730, el estuche de vino con accesorios desde $350 a $700, el que lleva copas desde $850 a $1300, un estuche para una sola botella desde $150 y las tablas para picadas por $120.
Un detalle que no es menor es que los productos de Andrés Soto ya han sido más que aceptados por los sanjuaninos: este año estuvo participando en Diseño de 10 con sus kits de asado, también estuvo en la última Fiesta de la Punta de Espalda, donde fueron un furor sus valijitas para comer asado.
Fotos: Daniel Arias de DIARIO DE CUYO y colaboraciones