René Gerónimo Favaloro nació en 1923 en una casa humilde del barrio "El Mondongo” de La Plata. A tan sólo una cuadra se levantaba el Hospital Policlínico como presagio de un destino que no se hizo esperar. Con apenas cuatro años de edad, Favaloro comenzó a manifestar su deseo de ser "doctor”. Quizás la razón se debía a que de vez en cuando pasaba unos días en la casa de su tío médico, con quien tuvo oportunidad de conocer de cerca el trabajo en el consultorio y en las visitas domiciliarias. Cursó la primaria en una escuela de su barrio. Pasaba las tardes en el taller de carpintería de su padre ebanista. En los veranos era un obrero más. Gracias a sus padres – su madre era modista -, aprendió a valorar el trabajo y el esfuerzo. En 1936, Favaloro entró al Colegio Nacional de La Plata. Tras graduarse en la universidad en 1949, ejerció como médico rural en Jacinto Aráuz, La Pampa, durante doce años. Se casó con María Antonia, su novia de la escuela secundaria. En enero de 1962, ingresó en la Cleveland Clinic, de Estados Unidos, donde permaneció hasta junio de 1971. Allí desarrolló la cirugía de revascularización miocárdica, o técnica del bypass, que hizo que su prestigio trascendiera los límites de ese país. Favaloro realizó 13.000 by pass hasta sus 69 años, cuando decidió dedicarse íntegramente a la enseñanza. Regresó al país en 1971, con la idea de desarrollar un centro que combinaba la atención médica, la investigación y la educación. Con ese objetivo se creó la Fundación Favaloro en 1975. En 1992 se inauguró el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro en Buenos Aires. Además fundó distintas instituciones vinculadas a la medicina.

El que fuera uno de los cardiocirujanos más importantes del mundo, puso fin a su vida el 29 de julio de 2000, hace 19 años. En su texto, el médico narró, ya sabiendo que se quitaría la vida minutos después: "A mediados de la década del "70, comenzamos a organizar la Fundación. Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado. La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de profesionales seleccionados hizo que no nos faltara trabajo. Pero debimos luchar contra la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles, sin límites de ninguna naturaleza). Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio”. "Yo no puedo cambiar, prefiero desaparecer”, fue su última frase.

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Dr. René Favaloro, creador del by pass cardíaco.