Pablo Pérez quedó con su ojo visiblemente afectado por la astilla de un vidrio. Lo trasladaron a una clínica.

 

La llegada de la delegación de Boca al Monumental fue un escándalo. El micro que llevaba a los jugadores del Xeneize fue apedreado antes de ingresar a la cancha y muchos de ellos terminaron descompuestos por el gas pimienta que tiró la policía para tratar de dispersar a los agresores.

 

Luego de un ingreso traumático en la previa de la Superfinal de la Copa Libertadores, los futbolistas entraron en muy mal estado al vestuario visitante del estadio de River.

 

 

 

 

Muchos de ellos estaban ahogados y algunos, incluso, debieron recostarse en camillas en las que los trataron. A su vez, Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo fueron trasladados a una hospital. 

 

A pesar de eso, Conmebol decidió no suspender el encuentro, sino, retrasarlo una hora.