Hasta ahora, los ladrilleros en la provincia tienen sus hornos distribuidos en 11 departamentos de la provincia, pero con ayuda oficial vienen trabajando para concentrar la producción en un parque que estará ubicado en Rivadavia, en el ámbito del Parque Industrial Tecnológico Ambiental Regional (Pitar), donde podrán concentrar la producción. La idea es poder atender la demanda de la obra pública en la provincia, fundamentalmente la construcción de barrios, porque advierten que ahora las constructoras locales compran en su mayor parte ladrillos en Mendoza.
Con hornos más eficientes y que generen menos contaminación, quieren llegar a producir en el parque ladrillero de Rivadavia unos 800.000 ladrillones por mes que, más los hornos caseros, tendrán la capacidad de atender la demanda provincial, dijo Juan Pablo Cornejo, de la delegación local de la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina.
El dirigente dio a conocer que en San Juan hay legislación para promover la actividad ladrillera artesanal, a través de la Ley 1601 J, que habla de "promover la utilización de ladrillo artesanal sanjuanino en los programas de viviendas o proyectos constructivos financiados con recursos públicos". Pero Cornejo sostuvo que "se cumple a medias" porque en la práctica las constructoras locales terminan adquiriendo buena parte de los ladrillones en Mendoza.
El problema es que, según el sector de las constructoras, los ladrilleros están diseminados en distintos lugares y no funcionan en forma legal, y que se dificulta la compra del material en grandes cantidades, como demanda la construcción de viviendas que lleva adelante el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) en San Juan.
Enrique Velasco, de la Cámara Empresarial de la Construcción de San Juan, sostuvo que "somos defensores del compre sanjuanino y de que se reinvierta en la provincia, pero el problema a veces es encontrar ladrillos en cantidades suficientes".
Robert Garcés, secretario de Vivienda y Hábitat de la provincia, dijo que "trabajamos para que les vaya bien a los sanjuaninos y apoyamos el trabajo de los ladrilleros".
El proyecto del parque ladrillero, que funcionará en Rivadavia, apunta a reunir a los productores nucleados en las Cooperativas de Rivadavia (La Presilla y Rivadavia Ltda.) y Chimbas (Costanera Norte Ltda.). La intención es que trasladen su actividad a través de un plan de mejora integral, que contemple la regularización desde la extracción de arcillas de canteras habilitadas, pasando por hornos de emisiones admitidas por estándares internacionales, la comercialización, la mejora en la licencia social de la actividad, hasta el manejo inteligente de residuos de la actividad.
Para este fin trabajan en un proyecto estructurador, titulado "Mejora y Fortalecimiento Grupo Productor de Ladrillos de la Provincia de San Juan", de la cadena productiva de la minería no metalífera, financiado con recursos del BID y patrocinado por el Gobierno de San Juan. La primera etapa involucra a 40 productores de Rivadavia y Chimbas y el proyecto ya cuenta con la DIA (declaración de impacto ambiental). A la tarea se ha sumado la Secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación (SECITI).
También el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación va a apoyar con la construcción de laboratorios de experimentación de nuevos materiales y de salas equipadas para capacitación, con el objetivo de agregar valor a los productos, mejorar los canales de comercialización y las condiciones de trabajo.
En San Juan, la producción de ladrillos se lleva adelante en 11 departamentos, entre los cuales destacan San Martín, Albardón, Angaco, Santa Lucía, Chimbas, Rawson, Rivadavia, 9 de Julio.
Se producen ladrillones (medidas 27x18x7 cm) y ladrillos comunes (medidas 25x12x5 cm).
De esta producción, el 70% corresponde a ladrillos y ladrillones de primera, el 15% a ladrillos y ladrillones de segunda (subcocidos) y el 15% restante a ladrillos y ladrillones de tercera (sobrecocidos o escoriados).
En cuanto a costos, un ladrillón de primera oscila entre los $16 a los $30 en los hornos artesanales. Y ese precio ha crecido muy poco en los últimos años.
Situación actual
Según un informe oficial, la actividad de los ladrilleros se caracteriza por su vulnerabilidad, falta de sustentabilidad y visualización marginal en el resto de la actividad económica.
Los obrajes se ubican en lugares marginales, y el avance inmobiliario, promovido por la propia actividad, los va desplazando, a zonas cada vez más precarias.
En la actualidad funcionan unos 250 hornos, en los que trabajan unas 4.000 familias.
El trabajo consigna que la condición de los trabajadores del sector se realiza en su gran mayoría en negro, y presenta niveles muy bajos de seguridad e higiene. Además, sin cobertura social y desprotección previsional. La salud de los trabajadores es atendida íntegramente por la red provincial de Salud Pública.
Tampoco las enfermedades profesionales tienen cobertura de las ART, impactando fuertemente en las propias familias de los trabajadores y en los hospitales centrales. Hay alta precariedad laboral.