Diez minutos después de las 8 de la mañana, la Recepción de DIARIO DE CUYO pasó ayer a ser el escenario principal de una jornada muy peculiar, ya que había comenzado con la decisión de integrantes del sindicato de canillitas de bloquear la distribución de la publicación, ya que allí fue el punto de mayor demanda de lectores que tuvieron su ejemplar, de una edición que terminó agotada.
La incesante circulación de personas en la sede de Mendoza casi Santa Fe atraía la atención de ocasionales transeúntes, por lo que la cantidad de gente fue una bola de nieve con el transcurrir de minutos. El efecto se potenció más a medida que otros medios locales iban publicando la novedad.
Así fue que Sandra Vega, luego que se enterara por el repartidor que no había podido retirar ejemplares para distribuirlos, supo por un noticiero radial que igual podría conseguir uno a su padre, quien disfruta todos los días con la lectura.
Rosa Pianini tampoco pudo comenzar su día leyendo el diario y viendo la tele, hasta que el programa en directo le dio la novedad. “Aproveché y puse un aviso porque vendo el auto”, afirmó con una sonrisa.
En tanto, Edgar Castro y Lucas Nieto salieron un minuto de sus trabajos, luego de ver en el portal digital de DIARIO DE CUYO que podían quedarse también con un ejemplar impreso, como si se tratara de un objeto coleccionable.
En una fila que se movía a gran ritmo, cada tanto alguien formulaba el pedido para llevar un par de diarios más para responder a otras solicitudes. Ante la respuesta positiva, fueron por un día los canillitas de una publicación que quedó agotada.