Los caballos tienen un nuevo compañero-rival a la hora de dar espectáculo en los festivales gauchos de la provincia. En el que se realizó ayer en el predio ‘Manuel Rodríguez’, a cargo de la agrupación Cacique Angaco, una de las novedades principales en el espectáculo estuvo en el final, cuando seis jinetes debían zigzaguear entre 7 tambores ubicados cada 8 metros, mientras que en la otra línea competían seis pilotos de enduro, con sus respectivas motos.
Si bien esta particular posta no tiene antecedentes entre los memoriosos consultados, es otro capítulo dentro de la nueva historia que se está escribiendo entre los dos medios de transporte del hombre, porque recientemente ya hubo una carrera de un caballo contra una moto y también la de un cuatriciclo como contrincante.
Y ya prendió la idea al punto que Rubén Lucero, uno de los integrantes de la agrupación tradicionalista de 9 de Julio, adelantó que para el festival que preparan para el 6 de agosto, la competencia será contra un auto.
Y como dato anecdótico de ayer, las motos fueron más veloces en la primera contienda, cuando los gauchos condujeron los animales. Pero luego fueron las paisanas las que tomaron la rienda y resultaron victoriosas ante las motos. En un improvisado desempate, ganaron los caballos.
Enrique Balmaceda, presidente de la agrupación anfitriona, quedó más que satisfecho con el show que se le brindó al público, que estimó en unas mil personas. “Fue algo espectacular con algo sinceramente novedoso para el ruedo del gauchaje. Buenas repercusiones, con la gente agolpada en el alambrado”, describió el dirigente, quien agregó que el programa se diseña en función que haga participar y entretener a toda la familia.
Así es que los chicos también tienen su momento protagónico. Desde el juego de la suelta del gallo, en el que que unos 50 pequeños van detrás de un par de gallitos, la simpática doma de ovejas hasta la competitiva jineteada de petisos y ponis.
Martín Guevara, el estoico locutor del espectáculo, hace lucir sus 7 años de oficio en este rubro y marca un estilo familiar, para aglutinar a todos. “Es tan importante hacer participar a los que están adentro participando como los que sólo están viendo desde afuera. Acá son familias las que vienen a pasar el día y ya han pasado años en los que no se registra ninguna clase de incidentes”, remarcó Guevara, en una pequeña pausa.
“Buscamos transmitir nuestros valores y tradiciones. El juego del rastrín evoca las ambulancias de antes y el robo del poncho simula a los chasquis, que llevaban el correo en postas”, completó Balmaceda.
La nueva agrupación
Jesús López fue el encargado de preparar el asado para los 17 integrantes de la flamante agrupación Juan José Güiraldes, que se conformó hace un mes. “Veníamos como público común y decidimos agruparnos”, afirmó Jesús, que preparó 9 kilos entre carne de vaca, cerdo y achuras.

Un menú diferente
La agrupación Marcelo Montaña, de Ullum, rompió con el paisaje gastronómico, en el que detrás de cada estandarte identificatorio, una parrilla cocinaba el menú del almuerzo. Américo Montaña preparó para sus comensales un puchero al vino que atrajo a varios curiosos.

Toman la posta
Los integrantes del centro tradicionalista gaucho ya lleva 30 años de existencia, “por amor a los caballos”, según su presidente. Esta agrupación de 9 de Julio organizará el próximo festival, que será el 6 de agosto. Ya promocionan la carrera de un auto contra un caballo.

