La menta es una planta medicinal y aromática fácil de mantener, por lo que tener una en casa no requiere de mucha dedicación. Lo positivo es que puedes utilizar sus hojas para múltiples fines, aprovechando al máximo la planta.

Dentro de los principales activos de la menta, que se concentran en sus hojas, están el mentol, el cineol o el limoneno y sus flavonoides, fenoles y taninos. Todos estos componentes son los que confieren a la menta sus cualidades terapéuticas.

Propiedades medicinales de la menta

Las hojas de la menta son excelentes para combatir dolores musculares, de cabeza y mareos, contribuye a la circulación sanguínea, se puede utilizar para complementar tratamiento de cólicos, náuseas y regular el vómito.

Además, al contener grandes cantidades de vitaminas y minerales, es de gran relevancia para el proceso digestivo. Otro componente presente es el mentol, un gran aliado para despejar las vías respiratorias, siendo perfecta para tratar tos, bronquitis, gripes y/o resfriados.

También es muy buena contra la pérdida de memoria y excelente complemento para la pérdida de peso o para incorporar si estas realizando una dieta.

Uno de los beneficios más populares de esta planta es poder combatir el mal aliento, gracias a la frescura que produce, pero también ayuda a eliminar hongos de la piel y las uñas y en el mundo cosmético es utilizada para la dermatitis y la urticaria.

Usos de la menta

Como enjuague bucal: Coloca cuatro cucharadas de hojas de menta fresca en cuatro tazas de agua hirviendo. Deja reposar unos minutos y luego pasa solo el liquido a una botella chica que llevarás a la heladera. Una vez al día puedes utilizar este líquido como enjuague bucal para combatir el mal aliento.

Para refrescar el ambiente: Para fanáticos de la menta, seguramente adorarían sentir su frescor en cada rincón de la casa. Puedes lograrlo colocando de 3 a 5 gotas de aceite esencial de menta en una taza de vinagre por cada 4 litros de agua.

Chau pulgas: Parece imposible, pero esta planta también aporta beneficios para las mascotas. Colocando en una bolsa de tela dos partes de menta verde, una de tomillo fresco y una parte de ajenjo. Luego solo debes poner la bolsita en el lugar donde descansa tu mascota y será un excelente repelente.

Opciones si la secas: Si bien se aprovecha más la planta cuando se usa fresca, si secas sus hojas podrás darle un buen uso en la cocina, como por ejemplo espolvorear un poco en queso crema para untar tostadas o galletas, agregarla al yogurt griego con un poco de limón y aceite de oliva y utilízalo como aderezo de ensalada o incluso para darle un toque de sabor a algunos cortes de carne de cordero o cerdo.

El infaltable té: Por gusto o para calmar alguna dolencia, la infusión de menta es ideal, sin olvidar lo fácil de preparar. Para hacerlo, corta unas hojas de la planta, lávalas bien y pícalas eliminando las partes más duras. Coloca la menta en una taza y agrega agua hirviendo. Dejar reposar durante 10 minutos, colar y disfrutar.

Contraindicaciones

Como siempre, los extremos son perjudiciales, por lo que abusar del uso de la menta podría no ser tan beneficioso como se espera.

Debido a su efecto estimulante, tanto la infusión como la tintura y el aceite de menta pueden producir insomnio en algunas personas si se usa de noche. Además, no está recomendado el uso de aceite de menta durante el embarazo y la lactancia.