Alfredo Cornejo cree en las encuestas que pronostican una derrota de Mauricio Macri en un balotaje contra Cristina Kirchner. Lo repitió en tono preocupado en la cena de este miércoles, en una marisquería del barrio porteño de Monserrat, mientras trataba de justificar el bombazo que había arrojado horas antes y que reavivó las tensiones en Cambiemos: que el Presidente podría no ser candidato en octubre.

 

"La intención no es debilitarlo, todo lo contrario, hay que ayudar a que el Gobierno llegue más fortalecido a las elecciones, así podemos perder", les explicó el presidente del Comité Nacional de la UCR al resto de los referentes partidarios a los que convocó para planificar la Convención Nacional del lunes 27, en Parque Norte.

 

El operador todoterreno Enrique "Coti" Nosiglia asentía -dado que es hoy por hoy el mayor aliado interno del gobernador de Mendoza-, en tanto que el ex ministro sin cartera Ernesto Sanz; el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales; el vicegobernador bonaerense Daniel Salvador; el secretario del partido, José Cano; los senadores Luis Naidenoff y Angel Rozas, y el diputado Mario Negriintercambiaban miradas en silencio. No tardaron en llegar los reproches por haber ido tan lejos como para afirmar esa misma tarde, en una entrevista pública ante empresarios, que Macri podría no ser candidato, que bien María Eugenia Vidal o cualquier otro podría reemplazarlo y que si suman al PJ federal Cambiemos cambiaría (valga la redundancia) de nombre.

 

De modo diplomático, –el más cercano del grupo al jefe de Gabinete, Marcos Peña- llevó la delantera en ese planteo. El diputado tucumano cree que Cornejo cometió una imprudencia. Para sorpresa de otros comensales, hasta el chaqueño Rozas -de los más críticos con la gestión del Gobierno- recordó el caso Angeloz, que de tantos reclamos a Raúl Alfonsín cuando era candidato a sucederlo terminó por debilitar la gestión en 1989.    

 

Entre rabas y gambas al ajillo, Cornejo pasó revista a los cuatro puntos que piensa plantear desde la conducción del Comité Nacional a los 347 convencionales que deben definir si la UCR se mantiene en Cambiemos.

 

# Ampliación de la coalición con el ingreso de sectores peronistas republicanos. 

# Habilitación de las PASO para definir la fórmula presidencial.

# Acuerdo programático firmado por todos los partidos integrantes de la coalición electoral, con base en un proyecto de crecimiento y desarrollo económicos.  

# Compromiso para una mayor participación del radicalismo en un eventual próximo gobierno de la coalición electoral que se conforme. 

 

Varios participantes de la cumbre, a los postres se llegó a un principio de coincidencia con la propuesta. Con la salvedad de que la mayoría consideró que el primer punto -el acuerdo electoral con peronistas federales como Roberto Lavagnao Sergio Massa- sería imposible de cumplir. De ser así, quedaría ratificada la continuidad en Cambiemos, aunque con ciertas condiciones. 

 

El regresado a las primeras ligas de la UCR, Ernesto Sanz, se retira en la madrugada del jueves de la cena de referentes partidarios en Plaza Mayor. Foto: Rolando Andrade.

 

Por lo tanto se pasó al debate del segundo. Sería el eje de la discusión en la mesa de Cambiemos, imaginaron varios. Pero antes de dar la pelea, el radicalismo se daría un debate interno acerca de la conveniencia de presentar fórmula propia para competir en las primarias contra Macri.

 

"El único que podría traer a otros sectores o contener a los propios que se sienten desencantados sería Martín Lousteau", opinó un legislador del Norte. Aún el ex ministro de Economía kirchnerista y diputado de Evolución Radical no se pronunció sobre su destino electoral. pero la pelota le está por car a su lado. Aunque se sabe que Cornejo aún mantiene en un misterio sus propias pretensiones, de ser candidato a presidente o a vice en octubre.

 

El propio ministro del Interior, Rogelio Frigerio, reveló el miércoles a la noche en una entrevista por TV, que el macrismo analiza la posibilidad de darle a la UCR el gusto de habilitar las primarias en Cambiemos para que Macri compita con otro candidato, si se concluye que así se refuerzan las posibilidades electorales en octubre. 

 

El remate de la propuesta que los referentes buscarán imponer en la Convención, a través de sus delegados, consiste en que el congreso partidario deje en manos de una comisión de notables (Cornejo, Morales, Nosiglia y algún otro) la negociación con el PRO y otorgue mandato al Comité Nacional para que termine de delinear la postura partidaria antes de que el 12 de junio venza la Inscripción de alianzas electorales.

 

En los lineamientos jurídicos de esa propuesta está trabajando arduamente el apoderado legal del radicalismo, Mariano Genovesi, quien ya había formulado las resoluciones de las convenciones de Gualeguaychú, en 2015, y de La Plata, en 2017, en las que se aprobaron los acuerdos con el macrismo y la Coalición Cívica.  

 

Aún con sus diferencias en torno a cómo pararse frente al Gobierno, el grupo acordó ponerle un freno al sector díscolo que encabezan Ricardo Alfonsín y Federico Storani, quienes estarían en minoría en la Convención para insistir con su propuesta de acordar con el  polo progresista (socialismo y GEN) y postular en las presidenciales a Lavagna.

 

Con todo, en la UCR porteña crece la idea de presentar una contrapropuesta a la Convención negociada previamente con Lavagna para que le resulte digerible presentarse en una primaria contra el candidato de Cambiemos,.que "puede ser Macri o Vidal", le dijeron esas fuentes a Clarín en tono sugestivo.  Ese sector es cercano a Nosiglia y a Lousteau.

 

Hubo sobremesa con breve autocrítica a pedido de Cano por la división partidaria en Córdoba que les costó a Negri y a Ramón Mestre aplastantes derrotas frente a Juan Schiaretti.

 

Cerca de las 2 de madrugada del jueves, los referentes de la UCR se despidieron y a esa altura no quedaba una gota de malbec en sus copas.

 

 

Fuente: Clarín