En tiempos en que apenas uno de cada diez argentinos ya completó su esquema de inmunización, en que hay faltante de la segunda dosis de Sputnik V y la circulación comunitaria de la variante Delta en el país parece inminente e inevitable, un estudio realizado en la provincia de Buenos Aires arrojó un dato revelador: quienes tuvieron COVID-19 y recibieron una sola aplicación de la vacuna rusa, generaron diez veces más anticuerpos neutralizantes que aquellos que recibieron las dos dosis y no cursaron la enfermedad.
La investigación fue realizada por el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires y científicos del Conicet, y fue publicada recientemente en la revista internacional Cell Reports Medicine. También arrojó que el 94% de las personas que recibieron la primera dosis y que no habían tenido previamente el virus generaron una fuerte respuesta de anticuerpos IgG y la cifra se elevó al 100% tras completar el esquema de dos dosis.
Los autores del trabajo, liderados por Andrea Gamarnik, jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir (FIL) e investigadora superior del Conicet, además comprobaron que en esos pacientes con antecedentes de COVID-19, la segunda dosis “no produce beneficios adicionales en términos de la respuesta de anticuerpos”.
“Lo más significativo es que infección más una primera dosis dio entre ocho y 12 veces más anticuerpos que las dos dosis infección previa”, señaló a TN.com.ar Jorge Geffner, inmunólogo y uno de los coordinadores del estudio. “Ahora que frente a la amenaza de la variante Delta estamos tan preocupados por completar el esquema de dos dosis, ya sabemos que haber cursado la enfermedad y haber recibido una dosis es equivalente, o incluso superior, que haber recibido las dos dosis”, profundizó.
“No es un dato novedoso. Sí lo es con la vacuna Sputnik, pero en Estados Unidos y Europa hay trabajos similares con Pfizer, Moderna y Oxford-AstraZeneca. Queremos probar si sucede lo mismo con otras vacunas de uso local, como Sinopharm”, indicó Geffner.
La investigación evaluó las respuestas de anticuerpos y la capacidad de neutralización viral en 289 trabajadores de la salud que recibieron una y dos dosis de Sputnik V, de los cuales 62 habían cursado previamente la enfermedad. A los voluntarios se les tomó muestras de sangre antes de la vacunación (nivel basal); a los 21 días de la primera dosis; y a los 21 días de la segunda dosis.
Las muestras recolectadas fueron transportadas y analizadas en el Laboratorio de Serología y Vacunas de la Fundación Instituto Leloir, utilizando para ello el test “COVIDAR IgG cuantitativo” de desarrollo nacional, así como pruebas adicionales realizadas en la FIL y en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS, Conicet-UBA) para medir la capacidad neutralizante de los anticuerpos.
Para medir la concentración de los anticuerpos específicos IgG contra la proteína Spike de SARS-CoV-2, los científicos usaron un estándar internacional generado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Esto permite comparar datos de laboratorios alrededor del mundo que están evaluando diferentes vacunas basadas en distintas metodologías. Encontrar una regla común para las medidas cuantitativas es crucial para definir los niveles de anticuerpos asociados con la protección que las vacunas confieren”, indicó Andrés Rossi, coordinador del Laboratorio de Serología y Vacunas de la FIL y uno de los primeros autores del trabajo.
De acuerdo con el Estándar Internacional de la OMS, los niveles en sangre de concentración de anticuerpos IgG contra la proteína Spike del nuevo coronavirus se expresan como Unidades Internacionales (UI) por mililitro (ml).
El estudio argentino reveló que, en personas sin antecedentes de Covid-19, las concentraciones de IgG fueron 104,2 unidades internacionales (UI) por mililitro (ml) después de la primera dosis y subieron a 787,8 UI/ml después de la segunda dosis. En cambio, en el grupo de voluntarios con infección previa, las concentraciones fueron de 181,1 UI/ml antes de la primera dosis y saltaron a 6.356 UI/ml tras la primera dosis; en ese grupo, la segunda dosis no produjo incrementos medibles.
Por otra parte, se realizaron estudios para determinar cuántos de esos anticuerpos eran efectivamente capaces de impedir que el virus infecte a una célula, lo que se conoce como anticuerpos neutralizantes.
Las personas previamente infectadas y vacunadas con una dosis mostraron títulos (cantidad) de anticuerpos neutralizantes diez veces superiores a aquellas que recibieron las dos dosis y que no se habían infectado previamente (títulos de 500 y 42, respectivamente).
“Los datos presentados proporcionan información basada en evidencia para guiar las estrategias de vacunación y orientar las decisiones de salud pública a la luz de la actual emergencia sanitaria”, puntualizó Geffner.
Participaron los hospitales interzonales de agudos Pedro Fiorito, Evita, Rodolfo Rossi, San Juan de Dios, San Roque y San Martín, y el Hospital de Alta Complejidad El Cruce.
“La vacunación masiva ofrece una gran promesa para detener la pandemia de Covid-19. Debido a la limitación del suministro de vacunas en muchas regiones del mundo, las autoridades sanitarias necesitan con urgencia datos sobre la respuesta inmune a las vacunas para optimizar las estrategias de inmunización”, afirmó Gamarnik.