Ayer, el conflicto por la quita de las pensiones por invalidez sumó un nuevo capítulo en San Juan. Familiares de chicos con discapacidad se reunieron en la plaza 25 de Mayo para mostrar su descontento con la medida nacional. Los que ya perdieron el beneficio portaron carteles pidiendo ayuda, mientras que decenas de familiares de personas con capacidades especiales, que aún cobran la pensión, se sumaron a esta protesta porque temen verse afectados. ‘Nos juntamos todos por la misma causa, los que ya perdieron la pensión y los que no también, porque todos nos vemos afectados. Tenemos miedo de que mañana seamos nosotros los que no tengamos el dinero ni para comprar el remedio de nuestros hijos‘ dijo una de las mujeres que encabezaron la protesta.
“Es difícil pagar la vida de un discapacitado con un sueldo”
Pedro Báez – discapacitado visual
La incertidumbre y la falta de información los motivó a manifestarse en la plaza. La movilización fue convocada por los papás del Hogar Huarpe (un hogar que contiene a personas con discapacidades graves), sin embargo la protesta reunió a personas ajenas a la institución que también sufrieron este problema. Todos coincidieron en que no saben qué va a pasar, que consultan cuándo les restituirán las pensiones y no les dicen, y que sólo les dan información superficial.
Argentina Veragua tiene 60 años, es discapacitada y ayer fue una de las que protestó en la plaza 25 de Mayo. La mujer vive sola y le suspendieron la pensión porque su exmarido cobra un sueldo. ‘Ahora me dijeron que tengo que presentar los papeles para certificar que estoy separada, pero no saben cuándo me podrán devolver la pensión, yo con esa plata como‘, dijo la mujer.
‘No me quiten mis derechos‘, decía uno de los carteles que llevó ayer Mario Rosales, el hombre que depende de la pensión para que su hija pueda ser atendida en el Hogar Huarpe. Explicó que él y su esposa trabajan, pero que no les alcanza el dinero, pues sólo en su hija (tiene dos hijos discapacitados) gasta cerca de 5.000 pesos en remedios.
‘Nos importa que los chicos tengan asistencia médica, los medicamentos y otros beneficios que van más allá de la plata‘, dijo Silvia Narváez, mientras que otros papás contaron que hoy en día, mantener a un discapacitado grave cuesta más de 30.000 pesos mensuales. ‘Yo gasto 1.800 pesos mensuales en pañales para mi hijo. Yo puedo pagar los pañales, pero el dinero no me alcanza para costear el tratamiento, rehabilitación y alimentos especiales‘, dijo otra mamá.