No pueden olvidar el sonido que sintieron cuando el terremoto del 18 de enero de 2021 los obligó a salir corriendo de sus casas. Aún se les llenan los ojos de lágrimas cada vez que cuentan qué sintieron cuando vieron que parte de su vida quedó destruida entre los escombros y la voz les sigue temblando cuando dicen que tuvieron suerte de salir con vida de sus ranchitos. Así, los sanjuaninos que se vieron más afectados por ese sismo recordaron el día que aún hoy los marca. Es que muchos de ellos dijeron que todas las noches antes de dormir sienten el mismo miedo que hace un año. El terremoto ocurrió a las 23,46 y tuvo una magnitud de 6,4 grados en la escala de Richter. Fue considerado por el Inpres como el más grave luego del terremoto de 1977 y eso hizo que hasta el presidente Alberto Fernández llegara a San Juan.
Si bien dicen que se sienten tranquilos porque viven en casas con techos seguros, provistas por el Gobierno en su mayoría, aseguraron que los "fantasmas del terremoto" aún los persiguen. "Por esta calle -Aberastain al Sur de 15- pasan muchos camiones y hay momentos que el sonido y las vibraciones nos alteran. Porque es el mismo ruido que sentimos cuando el terremoto empezó", dijo Ana Ruarte, una de las mujeres que vive en la zona más afectada. Al igual que ella, muchos vecinos comentaron que los cortes de luz repentinos, algún grito que se escucha en un horario poco habitual y hasta cuando les golpean la puerta cuando están dentro de la casa en silencio les rompe la tranquilidad. "Es que ese día nos quedó marcado. Fue muy difícil salir y ver que la vida que teníamos ya no existía. Sin embargo, hoy nos damos cuenta que ese dolor no fue nada, porque sobrevivimos", concluyó Cintia Leiva, otra damnificada.
- Un nuevo inicio tras el sismo
Uriel Cornejo fue parte de las postales que dejó el terremoto. El niño sólo pudo salvar unos camiones de juguete, mientras que su mamá perdió todas las plantas que vendía. Ella ahora ya tiene nuevamente su negocio en pie, al igual que su casa.
- De un camión, a su propia casa
Carolina Pérez, sus hijos y sus sobrinos debieron dormir varias noches en un camión tras el terremoto. Hoy tienen su propia casa y cada uno una cama donde descansar. Ella aún comparte la cocina con su hermana, porque le faltan cosas por comprar.
- Casa nueva y en familia
Los niños son nietos de Rafael Perea y tras el terremoto quedaron en la calle. Hoy, gracias al apoyo de la familia, pudieron levantar una nueva casa de ladrillos (en la foto, detrás de los chicos).
- Hija nueva y techo renovado
Andrea Vega tenía 39 semanas de embarazo cuando fue el terremoto y perdió la mitad de su casa. Su habitación quedó sin paredes. Ahora, tras un año y con su hija en brazos, contó que repararon su casa, pero aún les falta mucho por hacer.