El mate constituye una de las infusiones favoritas de los argentinos. Dulce, amargo, con yuyos o cáscaras de frutas, la variedad alcanza un sinfín de combinaciones según el paladar de quien cebe y tome. Sin embargo, uno de los dilemas más grandes se presenta al momento de elegir el mate, su tamaño, su forma. Posteriormente se presenta la problemática de cómo curarlo correctamente para que no se presenten hongos ni quede un gusto muy fuerte.
En encuestas realizadas por expertos en la materia, el mate de calabaza resultó el más elegido. Para ello, quienes se encargan de fabricar estos recipientes buscan la planta trepadora Legendaria Vulgaris, y, de la misma, realizan mates en forma de galleta, pera o poro. Según el tipo de mate, el corte en la calabaza se hace de tal forma en que quede una especie de cuenco que luego se limpia raspando su interior.
Es recomendable elegir siempre una base angosta y boca ancha, para preservar mejor la yerba y que no se moje y lave enseguida. A su vez, siendo de calabaza, debe ser grueso para no romperse con facilidad. En cuanto al "nudo" o "botón" que se encuentra en la base, el mismo debe estar hacia afuera.
Respecto del mate de madera, el mismo puede provenir de distintos árboles, siendo los más comunes el quebracho, roble, palo santo, o algarrobo torneado. Una vez obtenida la materia prima y realizada la forma, se tiñen y tallan, a la vez que se adornan. Es importante destacar que, según la madera, tendrán diferente sabor ligado al árbol del que provienen.
Curar el mate
Tras la elección del mate, el mismo tendrá diferentes formas según se desee obtener un mate para cebar dulce o amargo.
Para el mate amargo de calabaza, primero, debe lavarse el interior del mate con agua caliente. Una vez realizado este procedimiento, llenar el recipiente con yerba usada y agregar agua tibia. Dejar reposar toda la noche y, al día siguiente, quitar la yerba y raspar el interior con una cucharita para quitar el hollejo, membranas o fragmentos de tallo leñoso. Se vuelve a repetir todo el procedimiento sin repetir el primer paso, el de enjuagar con agua hirviendo. Debe realizarse por un mínimo de tres días. Es muy importante el raspado una vez que se quita la yerba usada.
En cuanto al mate dulce, se debe lavar primero el recipiente con agua caliente y colocar dos cucharaditas de azúcar en un mate estándar (si es muy grande, se puede agregar más). Tapar la entrada del mate con la mano y sacudir hasta que el azúcar se pegue a las paredes laterales. Dejar secar. Una vez que se seca, echar dos brasas pequeñas de carbón caliente, volver a cubrir la boca del mate (ahora con un trapo para no quemarse) y agitar hasta que se apaguen las brasas. Esto debe hacerse dos veces. Finalmente, agregar yerba usada, humedecerla para que se hinche y dejar reposar toda una noche. El mate ya estará listo para usar.
Respecto del mate de madera, se necesita aceite, grasa vacuna o manteca que brindará seguridad para que la madera no se quiebre ni se generen hongos por acumulación de humedad. En caso del mate dulce, realizar el mismo procedimiento que con el de calabaza dulce.
Hongos/Manchas negras:
Si apareció este inconveniente, se recomienda llenar el mate con agua hirviendo y dejar reposar unos minutos (hasta que deje de hacer burbujitas). Luego, vaciarlo y raspar con una cucharita para quitar las manchas. Dejar secar al sol por, al menos, dos días.
En caso de que vuelven a aparecer, secar con papel de cocina y durante 3 días dejar al sol para que se seque. Luego, pasar una lija fina en el interior hasta sacar las manchas.
Fuente: Rosario 3