Tras la conmoción que se produjo en Rawson porque dicen que la imagen de la Virgen de Fátima, que está en el jardín de infantes Dulce Corazón de María, dependiente de la Parroquia Nuestra Señora de Andacollo, lloró por tercera vez, el arzobispo coadjutor de San Juan, monseñor Jorge Lozano dijo que “lo importante al menos para la iglesia es no apoyar la fe en cuestiones espectaculares. La fe no nos llama a ver milagros sino lo que acontece como signo de una caricia de Dios para nosotros, sea cual sea la determinación científica de la circunstancia”.
Si bien Lozano dijo no estar muy interiorizado en todas las veces que dicen que lloró la Virgen, fue cauto al opinar sobre el tema. “La Iglesia es muy prudente en estos casos. No hay elementos suficientes para decir un milagro o no lo es”, aseguró el sacerdote. Esto tras hacerse públicas las declaraciones del párroco de Andacollo, el padre Alfredo Ariza quien aseguró que “la Iglesia lo toma como una manifestación que se asemeja a una lágrima. Lo interpretamos como un gesto de amor, un llamado de atención a la conversión, a que tratemos de acercarnos a Dios. Esto no es un reto, sino es el pedido de una madre que nos dice que evitemos el peligro y que estemos más cerca. La cuaresma es otra oportunidad que Dios nos da para ser mejores”.
En este sentido, Lozano afirmó que “para quienes tenemos fe, en la vida cotidiana hay muchas expresiones del amor de Dios. Lo que la gente está viviendo puede ser una invitación de Dios a ser mejores”.
Fue el miércoles pasado cuando se detectó que en el rostro de la Virgen de Fátima se deslizaban gotas, como si se tratase de lágrimas. Pero, según explicó el padre Ariza, esta no fue la primera vez que ocurrió. El fenómeno se dio en tres oportunidades, en fechas muy especiales. Esto ocurrió el 13 de mayo del 2016, día de la Virgen de Fátima, el 8 de septiembre del año pasado, fecha que se conmemora la natalidad de María y el miércoles pasado, cuando empezó la Cuaresma.
“Dios nos muestra su amor en las cosas más cotidianas de la vida, la de todos los días”.
JORGE LOZANO – Arzobispo Coadjutor
Ariza dijo que, a diferencia de otras apariciones, esta vez se trató de una manifestación concreta. Si bien no pueden confirmar que se trate de un llanto, esa especie de lágrima se puede ver y eso la hace aún más especial. El párroco contó además que, tras la primera aparición se pensó que podía tratarse de humedad, pero que eso fue descartado, pues la urna está cerrada casi herméticamente.
Mientras tanto, los devotos invadieron el jardín para rezarle a la Virgen, para tocar la caja de vidrio, o simplemente para observar en silencio.