Aunque tiene portación de apellido, Mateo aportó y abonó con su propia valía a la buena fama que "Sujatovich" ostenta en la escena musical. Hijo de Leo -tecladista y cantautor que, entre otras cosas, fue parte de PorSuiGieco y Spinetta Jade- y nieto de Pichona -discípula de Vicente Scaramuzza y maestra de piano de figuras como Charly García y Pedro Aznar, por citar un par- armó su propio proyecto al que bautizó Conociendo Rusia, con el que ha sacado tres discos: Conociendo Rusia (2018), Cabildo y Juramento (2019) y La Dirección (2021). El recibimiento fue más que bueno y se tradujo en seguidores, recitales y premios dentro y fuera del país. Pero este año "El Ruso" decidió darse un gustito: salir a girar solo. Un formato con el que -dirá- gana en intimidad con el público y que será un paréntesis antes de volver a las presentaciones en banda. San Juan es la tercera estación del "Solo Tour", que ya agotó dos Gran Rex (y agregó dos más) y que visitará Chile, Ecuador, Perú, Brasil, Uruguay y Estados Unidos.
"Voy a cerrar la etapa importantísima de estos discos y el 2024 vendrá con más música. De a poco entiendo cuál es mi propio ciclo compositivo y estoy dejándolo fluir, muy cómodo con esto de hacer lo que a uno le gusta, cuando le salga", contó Mateo a DIARIO DE CUYO.
– De vuelta, pero con nuevo formato…
– Sí, un formato que es muy natural para mí porque convivo con la guitarra y el piano mano a mano, mi modo de componer y cantar mis canciones para amigos o para mí es así. Después de todos estos años de tocar con la banda me dieron ganas de probar esto, salir un rato a mostrar las canciones como vinieron al mundo, más desnudas.
– Parece un proceso inverso, en general arrancan solos y luego van a la banda…
– Tal cual, pero creo que muchas veces se toca sólo por necesidad, por lo complejo de llevar un grupo. En mi caso tiene que ver con una cuestión de gusto, de deseo artístico, de cada tanto tener esta faceta que va y viene. Está la banda, presento los discos y también puedo achicar un poquito y mostrar las canciones en este formato.
-¿La banda banca?
– Conociendo Rusia es un proyecto solista, esa es la verdad, no es una banda donde todos toman las decisiones o todos componen; es un proyecto solista con nombre de banda. Obviamente los chicos quieren tocar y así será el año que viene.
– ¿Qué buscás en esta propuesta?
– En estos casi seis años de Conociendo Rusia es la primera vez que lo voy a hacer, al menos en Argentina y algunos países de Latinoamérica, y creo que lo lindo es que la conexión entre artista y público es mayor, porque es más íntimo. Lo que quiero es regalarme ese momento y regalárselo también a la gente. Cuando se toca con la banda salen a flote otros instrumentos, otros arreglos y uno toca las versiones como las grabó. En este caso, yo despojo de todo para volver a la canción como fue compuesta.
– Estás más expuesto también…
– ¡Sí, claro! Es muchísima más la exposición.
– ¿Y eso te gusta, te intimida, sentís que lo vivido te preparó para esto?
– Hay algo de todo eso. Yo estoy preparándome para llegar de la mejor manera y lo más cómodo posible a disfrutar de esa intimidad, de esa soledad, de ese silencio y de esos espacios que va a permitir este formato.
– ¿Te planteaste si a la gente le va a gustar esto que vos tenés ganas de hacer?
– Creo que la gente me está acompañando desde el principio, a mí, a las canciones y las entradas se venden; entonces ahí hay como una certeza de que las decisiones artísticas y personales que estoy tomando me llevan por buen camino y sigo confiando en eso.
– Esa compañía se traduce en éxito o reconocimiento. ¿Te lo imaginabas?
– Creo que la palabra reconocimiento está muy bien porque tiene que ver con eso; y logré un reconocimiento muchísimo mayor al que me hubiera imaginado. Eso fue una sorpresa y gracias a eso puedo seguir haciendo discos y viajando con mis canciones.
– ¿Y cuál fue la clave para logralo? Muchos lo buscan, no todos lo encuentran…
– Creo que nunca voy a tener esa respuesta. Lo que sí puedo decir es que cuando hice mi primer disco, a los 26 o 27 años, ya tenía bastantes herramientas y experiencia haciendo música y grabando, ya había tocado con mucha gente, había trabajado con grandes músicos, pero nunca me había puesto como cantante y compositor. Eso fue primera vez y hubo algo que salió desde el fondo y se pudo transmitir, pero está lejos de poder responder tu pregunta.
– ¿Y en lo personal cómo fue el proceso?
– Muy rápido, teniendo que ponerme a la altura de las circunstancias porque a los pocos meses desde la salida de mi primer disco, ya estaba tocando por todos lados y era convocado para abrir conciertos o tocar en festivales, me iba atreviendo a tocar en algunos lugares y los iba llenando y mi vida cambió completamente… Tuve que dejar mi trabajo y empezar a hacerme cargo de la nueva vida; y bueno, hice lo mejor que pude la verdad. Igual siento que hice un buen proceso, en algunos momentos más enquilombado porque la gente te conoce, te escribe, te quiere y todo eso hace que ya no sea lo mismo de antes… Y las presiones de querer continuar y que te siga yendo bien… Es bravo, pero se aprende y lo fui llevando.
– ¿Presiones de la industria, del mercado, de los seguidores?
– No podría darle esa responsabilidad a otros, siempre soy yo el que quiere seguir creciendo y mejorar. En general luché más con mis propias presiones que con las de los demás.
– ¿Cómo viviste tu paso por La voz argentina?
– Muy lindo, lo disfruté mucho. Compartir con Lali es un privilegio porque es una piba espectacular, artista, es alguien que la tiene muy clara. Y había muchos chicos muy talentosos…
– ¿Es un atajo para hacerse conocido? Hay quienes critican esa intención…
– Hay muchos caminos para encontrarse y buscar lo que uno quiere. Si para alguien es genuino ir ahí, es un buen plan, le parece divertido, una aventura, lo tiene que hacer. Que cada uno siga su propio olfato. Hay grandes artistas que han salido de este tipo de plataformas y otros a los que no les fue bien ahí y sí por otro lado. Se puede empezar desde cualquier lado, lo importante es intentarlo y jugársela.
– Y en tu camino ¿pesó o jugó a favor ser un Sujatovich?
– Un poco de todo. Ha pesado, ha sido privilegio, ha sido suma y resta, pero es mi apellido, algo que siempre voy a llevar con muchísimo orgullo. Hay que respetar y estar orgulloso de donde uno viene. Mi familia siempre apoyó y esta no es la excepción.
– ¿Qué hubiera dicho la abuela paterna? No llegó a verte así…
– No, falleció en 2001 cuando yo tenía 10 años, pero la verdad es que está presente siempre, no hay vez que toque el piano que no piense de algún modo en ella y en todo lo que le aportó a mi familia y a la música.
– ¿Creés en esa herencia, en ese legado?
– ¡Sí, obvio! Hay algo que es evidente, no sé si es genético, pero sí haber mamado eso en casa, haber escuchado música, hablar de música desde muy chico, haber sentido la pasión… ahí está la herencia. En ese aspecto no es lo mismo ser un Sujatovich que ser otro…
– ¿Y estás orgulloso de tu aporte?
– Sí, muy orgulloso de mis esfuerzos, de mi trabajo y de haber sido valiente para llevar a cabo lo que me propuse hacer.
Conociendo Rusia – Solo Tour. Sábado 7 de octubre, 21.30 hs, Teatro Sarmiento. Entradas: $11.000 (platea), $10.000 (pullman) y $9.000 (gradas), en entradaweb.com.ar