El presidente Mauricio Macri ya aprobó la reforma de la Defensa, en la que se espera un cambio estructural de la misma. Esta no se implementará mediante un decreto o una ley específica. Por un lado buscará establecer una fuerte unidad entre las tres ramas de las Fuerzas Armadas, dándole más atributos al Estado Mayor Conjunto.
 

 

Y como aseguraron fuentes que trabajaron en su elaboración, el Gobierno no cambiará la ley nacional sobre Seguridad Interior aunque sí prestará cada vez más apoyo logístico a una serie de actividades para combatir el llamado crimen organizado, por aire, tierra, agua y el ciberespacio.
 

Esta reforma se irá implementando a partir de una serie de pasos, que incluirán igual decretos parciales o resoluciones específicas del presidente y su ministro, Oscar Aguad. Partirá del cambio en la concepción del enemigo. Ya no se espera el ataque de un Estado extranjero y se trabajará bajo el concepto de la posibilidad de enfrentar una “guerra híbrida” contra amenazas “híbridas”. Esto hace alusión a un adversario adaptativo y que emplea armas y tácticas convencionales con las nuevas e irregulares: terrorismo y actitudes específicamente criminales o delictivas para logar sus objetivos.
 

Según lo que pudo saber Clarín, en Defensa señalan que uno de los giros importantes que se harán dentro del marco legal existente es que los militares pasarán a ser custodios de zonas estratégicas políticas y económicas, entre ellas las represas hidroeléctricas y las centrales nucleares. Las fronteras llegan al Atlántico y la Antártida (en Ushuaia buscan levantar un centro logístico de usos también para barcos extranjeros), blanco posible de actividades ilegales.

 

El factor tecnológico será esencial en el proceso de transformación que pretende el Gobierno e involucrará transversalmente a toda la organización: la administración de los recursos humanos, su educación, los distintos sistemas de armas, los sistemas de adiestramiento, la logística, la gestión de la información, los sistemas de comando y control, la ciberdefensa y la doctrina”, señalan en el ministerio respecto a los cambios por venir incluso en la educación militar, en la que el factor del entrenamiento físico no será el central y se dará lugar a nuevas especializaciones como ingenieros y técnicos en sistema.
 

Las fuerzas equipadas con armas, equipos y materiales clásicos, deberán incorporar progresivamente sistemas de armas no clásicos basados en las nuevas tecnologías: robótica, nanotecnología, sistemas aéreos no tripulados, munición y misiles inteligentes, posicionamiento satelital y cibertecnologías.
 

“En el futuro las fuerzas conservarán el núcleo de sistemas de armas clásico pero en su mayor parte basarán su poder en los sistemas desarrollados incorporando las nuevas tecnologías”, señalan. El centro de ciberdefensa funcionará en Villa Martelli y las compras se harán con licitaciones cuando no sean acuerdos de Estado a Estado. Israel, Estados Unidos, China, son los países que la administración actual considera como fuentes de compras o convenios de cooperación para la adquisición de tecnología y software.

 

Defensa modificará su ley de personal. Y para 2019 se espera un aumento del presupuesto del 0.85% a 1% del PBI, que podría llegar al 1.3%. La venta de activos en la que se encuentra embarcado el Estado será parte de esta estrategia. Hay en este camino un dilema que se ve en numerosas partes de la administración nacional. El 85% del presupuesto de Defensa se va en salarios. Y los aumentos que se estiman irán a equipamiento.
 

En el Gobierno prometen que esta reforma no atentará contra los salarios y que no implicará un ajuste drástico del ministerio. Pero sí hay oficios que dejarán de ser parte del ministerio y se tercerizarán como servicio. Se reconfigurará la estructura de personal (Pirámide): con la reducción de Oficiales Superiores en un 20% y se disminuirán especialidades y escalafones no operativos como veterinarios, psicólogos, peluqueros, zapateros, camareros, herreros.

Recientemente, el Gobierno adquirió de Francia cinco Super Etendar, aviones de combate que junto a los A-4AR formará parte de la flota que custodiará el aire durante la cumbre del G20 de fin de año. Pero además están en planes la adquisición de armamento para la defensa antiaérea; la compra de inhibidores de drones, de artillería para los Pampas que tiene la fuerza aérea y se pondrán al servicio de la persecución de aeronaves ilegales en la frontera.
 

En Defensa confirmaron que la trágica desaparición del submarino San Juan, con sus 44 tripulantes, ha generado nuevas necesidades. El San Juan se seguirá buscando, al tiempo que se buscara comprar un submarino convencional y un buque polar que apoye al Irizar. De todos modos, está en los planes oficiales recuperar el submarino Santa Cruz, para los que ya se está buscando asistencia de técnicos alemanes. Ante la pregunta de Clarín, en Defensa aseguraron que han estado en conversaciones con el Invap donde ya tienen la capacidad de fabricar propulsores nucleares que sirvan a un submarino, apuesta que aún no se piensa en poner en marcha.