El gobierno argentino está convencido de que en Bolivia están vigentes los mecanismos constitucionales para resolver el vacío de poder que se creó después de la renuncia de Evo Morales y considera que las fuerzas armadas han actuado nada más que para garantizar ese orden institucional. Lo dijo en forma reiterada Jorge Faurie en la conferencia de prensa que realizó en Casa Rosada después de la reunión de Gabinete nacional y dio algunas precisiones más.
Primero, que para tomar posiciones definitivas hay que esperar por lo menos 48 horas, o quizás más, porque la asamblea legislativa en La Paz está convocada para mañana. Segundo, que es conveniente tener más clara la evolución de los acontecimientos en Bolivia antes que reunir al consejo permanente que fue solicitado el viernes por Brasil en la OEA para realizarse hoy. El canciller argentino dijo, además, que varios países respaldaron ese llamado, pero –aseguró– habría que pasarlo para mañana, cuando sea más claro cuál es la situación.
“Para garantizar la vida institucional de Bolivia, las Fuerzas Armadas no tienen que tener un rol más protagónico que las que le marcan las leyes de Bolivia. Tenemos en mente lo que hemos conocido de toda la vida americana y ninguno de los pueblos de la región quiere reeditar un mecanismo que tuvo trágicas consecuencias. Eso lo condenamos y lo tenemos apartado de nuestra historia. Bolivia tiene los mecanismos para decidir la crisis institucional”, dijo el titular del Palacio San Martín.
En particular, se mostró preocupado por las situaciones de violencia que pudieran producirse “desde uno u otro lado” en una situación compleja, que él mismo definió como “crisis institucional”. Pidió “prudencia y ponderación” para analizar lo que sucede en el vecino país y condenó más explícitamente “la violencia de quienes atacaron al pueblo boliviano”, aunque no evitó una referencia a “los que saquearon la casa de Morales y otras iniquidades que son inadmisibles". Aclaró que no hubo pedido de asilo a la Argentina de parte del ex presidente ni del ex vicepresidente, como tampoco consta que haya solicitado el ingreso al espacio aéreo argentino.
En diálogo informal con los periodistas, Faurie dijo que la situación en las fronteras era normal, que la provisión de gas no se había interrumpido y aceptó que el Presidente había hablado con varios presidentes de la región para analizar la situación y llevar adelante una posición común. Se le preguntó por los nombres y no quiso darlos, pero según supo este medio, Macri tomó contacto con Jair Bolsonaro (Brasil), Iván Duque (Colombia) y Sebastián Piñera (Chile), tres países que están muy atentos con la situación de inestabilidad que se está viviendo en varias naciones del Cono Sur.
“Tenemos una comunidad boliviana que vive y trabaja con nosotros, hay un vínculo profundo entre ambos países, por lo tanto, le asignamos una crucial importancia a lo que está pasando en Bolivia”, arrancó hoy el canciller en la conferencia de prensa. Expresó que “es un momento con una gran fluidez política, pero queremos que quede claro que son los propios bolivianos a través de los mecanismos de su propia constitución los que van a resolver esta cuestión”.
La posición del gobierno argentino es clara. Faurie se explayó para hablar del asunto desde todos los puntos de vista posibles. Solo fueron limitadas sus palabras cuando se lo consultó sobre el diálogo que Mauricio Macri mantuvo con Alberto Fernández en el día de ayer y acerca de la posibilidad de que haya un comunicado conjunto entre el presidente saliente y el electo sobre la situación de Bolivia. No quiso dar ningún detalle ni dejó abierta la chance de que esa postura conjunta se realice alguna vez. Así, cualquier sueño de que haya una política externa de Estado en la Argentina quedó disuelta.