Democracia. En su paso por Santa Fe, Macri cosechó aplausos y el mimo de un grupo de jóvenes que se fotografiaron junto a él.

 

El presidente Mauricio Macri consideró ayer que "la posibilidad de seguir transformando para siempre la Argentina está en nuestras manos", y opinó que "no hay mejor manera de defender la Constitución que acatarla, no atacarla", al encabezar el acto por el 25to aniversario de la reforma de 1994 en el Parque de la Constitución Nacional, en la ciudad de Santa Fe.

El jefe de Estado, acompañado por el titular provisional del Senado, Federico Pinedo, y el presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, afirmó que "en estos días difíciles, de angustia para tantos argentinos, alguien podría pensar que hablar de la Constitución es un capricho, un lujo para otros momentos, pero no, por el contrario, hoy más que nunca tenemos que hablar de la Constitución". "Porque nuestra Constitución se trata de valores, de la unión, de la justicia, de la paz, de la libertad, es el principio de un sueño común, una declaración que establece que la Argentina es esto, este es el país que queremos, así queremos convivir, esto somos los argentinos y lo que somos nos llena de orgullo", expresó.

El Presidente dijo además que, como le escribió en una carta un ciudadano, "somos millones los que queremos ser Nación, millones los que queremos ser realmente ciudadanos, y no meramente habitantes con derecho a voto, millones los que seguimos creyendo que el trabajo es lo único que va a sacar a nuestras familias y a la Nación adelante".

En su discurso ante el gobernador santafesino, Miguel Lifschitz; el intendente local, José Corral, exconvencionales constituyentes y una diversidad de dirigentes y funcionarios, Macri fue interrumpido por aplausos cuando señaló que "no hay mejor manera de defender la Constitución que acatarla, no atacarla". "Cuando hablamos de acatarla no es acatarla solo al declamar la libertad de prensa, sino dar la cara cada vez que haga falta", ejemplificó, y añadió que no solo es "hablar de división de poderes, sino respetarla en la práctica, sin nunca tratar de influir en las decisiones de los jueces, o en las votaciones de los legisladores, acatarla es aceptar que somos todos iguales ante la ley".

"A los argentinos nos costó mucho llegar a una Constitución que fuera verdaderamente de todos, y que estuviera por encima de viejas divisiones y heridas, pero aprendimos, crecimos. En los últimos 25 años sufrimos crisis, algunas muy graves, pero nunca dudamos de la democracia, que se convirtió en nuestra identidad y en nuestra esencia", remarcó el presidente.

La de 1994 es la última reforma de la Constitución Nacional de Argentina y surgió del consenso entre el PJ y la Unión Cívica Radical.

La reforma introdujo la elección directa de presidente y vicepresidente, además de balotaje.