Bajo el título "Las escuelas ya deberían estar abiertas", el expresidente, Mauricio Macri, decidió volver al escenario político e intensificó su actividad partidaria en una semana de crecientes reclamos de entidades y grupos de padres para que se habiliten las clases presenciales.
El exmandatario argumentó que tanto la OMS como Unicef confirmaron que las escuelas no son un lugar de contagio relevante. Criticó la pasividad de los gremios de la educación ante la situación y los acusó de defender intereses partidarios.
Defendió "la valentía de Soledad Acuña, la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires" y dio tres motivos por los que debería volver la presencialidad: la ineficiencia de las clases virtuales, la emocionalidad de los niños y los niveles de desigualdad y deserción escolar.
"¿Por qué el gobierno nacional insiste en mantener cerradas las escuelas, después de una cuarentena larga, ineficaz y destructiva? Nuestros chicos tienen que volver a clase lo antes posible. No hay ninguna razón epidemiológica para seguir demorando la apertura de las escuelas, con los protocolos necesarios".
"Además, encerrar a los niños fue un error no sólo académico y social sino también sanitario, porque debilitó su sistema inmunológico. Esto va a generar que el año que viene, cuando vuelvan a salir después de tantos meses en sus casas, sufran más enfermedades respiratorias o diarreas, entre otras, porque van a estar peor preparados", reprochó Macri.
La carta enojó al gobierno que mandó al ministro de Educación, Nicolás Trotta, a contestarle a Macri en duros términos. "Celebro que ahora a Macri le interese la Educación porque durante 4 años se dedicó a desfinanciarla", dijo Trotta. "La agenda de un Gobierno se analiza a partir de los consensos y procesos de inversión prioritaria, y la Educación estuvo ausente en la gestión de Macri", aseguró.