El 29 de septiembre de 1964, la revista Primera plana publicó por primera vez la tira Mafalda. La obra maestra de Quino cumple hoy 55 años y sus viñetas mantienen una vigencia increíble. Aquella niña que hablaba del planeta, la guerra de Vietnam, el feminismo, la pobreza, la religión y la represión, atravesó todas las fronteras para convertirse en ícono universal, traducido a 30 idiomas.

En el siglo XXI, atravesado por la tecnología redes sociales, el #Metoo y el Ni una menos, el cambio climático, la grieta, lenguaje inclusivo, el pedido de aborto legal… ¿qué pensaría el personaje más famoso de Joaquín Salvador Lavado? 

 

 

DIARIO DE CUYO convocó a artistas locales para que en un ejercicio de imaginación, describieran a una Mafalda de 55 años, cómo fue su vida y qué diría sobre estos temas que ocupan a la sociedad actual. 

 

  • Susana Lage  – Dramaturga 

Mafalda se doctoró. Por la edad, claro, usa lentes. Tiene aspecto de intelectual. Trabaja en Unesco. Se casó y se divorció. No tuvo hijos. Está comprometida, y mucho, con el feminismo y la política. Teme el crecimiento de la derecha a nivel mundial y milita por la alimentación de los niños. No se habla con Susanita. Se distanció de casi todos, pero sigue manteniendo una enorme amistad con Felipe. Mujer libre e independiente con todo lo que eso implica.

 

  • Mercedes Rivero Prolongo  – Actriz

Me imagino a Mafalda sentada, con cara de enojada, ante la ONU. Ella es una activista de la política mundial; creo que se dedicaría a hablar de los estragos de las políticas neoliberales, de la exacerbación de la ambición por la riqueza y sus miles efectos, en detrimento del medio ambiente, la cultura, la educación pública y la falta de "sopa" en cada uno de los hogares.

Discutiría con Susanita y Manolito, pues ellos se burlan del lenguaje inclusivo -porque se rigen por la RAE- y les daría muchísimos argumentos sobre diversidad. Con Libertad, seguramente, militarían en algún colectivo feminista.

 

  • Dany Love – Transformista

A Mafalda, hoy con 55 años, me la imagino más liberada, después del proceso que reprimió tanto. Bastante liberada, casi como asexuada, viste que la mostraron como femenina, pero me la imagino como una trava rural. Viste que era (pelo) muy casco, con el moñito, el vestidito… como prudente. Hoy está muchísimo más liberada, despreocupada un tanto de su imagen; y sí comprometida con su esencia, con la actualidad. Con libertad de expresarse, hasta mostraría los pechos, aunque fuesen prótesis o chiquitos. 

 

  • Daniel Agustín Gil – Licenciado en Historia.

El personaje de Mafalda sirve en general como un cuenco vacío en donde nosotros proyectamos nuestras convicciones intentando que un personaje de historieta las dote de autoridad. Habiendo dicho esto, me es difícil imaginar una Mafalda actual no comprometida con una agenda feminista: el "Ni una menos", la igualdad de género, el lenguaje inclusivo y sobre todo la legalización del aborto, tendrían en el personaje una férrea defensora, arengando desde un púlpito profano de un cuadrito con globos contra los defensores del conservadurismo. Físicamente la veo igual, sin ningún cambio. Después de todo, envejecer no es prerrogativa de los dibujos que queremos. También es bueno recordar que con Mafalda se crea un microcosmos de personajes arquetípicos y en ese sentido, es difícil no imaginar también a una Susanita votante y defensora del PRO, un Manolito fundido, un Felipe admirador de Trump y una Libertad tan pequeña y limitada como siempre.
 

  • Ale Segovia – Músico

Si Quino nos hubiera permitido ver crecer a Mafalda creo que seguiría manteniendo las banderas y convicciones que traía desde niña. Ya sin tanto idealismo, pero con más rabia de ver el rumbo que tomó el mundo. Está separada hace muchos años, tiene una sola hija artista que se fue a Europa y no volvió. Ella es docente universitaria y simpatiza con la izquierda. Sigue sin gustarle la sopa y quiso ser vegana pero le gusta mucho el asado. Activista sindical, ambiental y feminista. Escucha The Beatles, Calle 13 y también tiene sus contradicciones, le encanta el pop latino. Su papá murió hace años, por eso compró un "depto" a dos cuadras de su casa natal para estar cerca de su mamá, que vive con Guille desde que se separó hace años y es de la Federal. Mantiene la lucidez en su pensamiento y el odio no se la llevó puesta. Sigue siendo amiga de sus amigos de la infancia a pesar que tomaron caminos y pensamientos diferentes. Manolito fracasó con su sueño del almacén ante la invasión de los chinos y ahora es empleado de uno; Felipe es desocupado y tiene depresión. Se sigue juntando cada tanto con todos, hasta con Susanita, que formó una "familia feliz tipo", ya tiene 3 nietos y es del Opus Dei. Y a pesar de estar en las antípodas del pensamiento, se quieren mucho y entre mates y pastafrola casera, saben de qué hablar, y de qué no.