Señor Director:
Hace unos días un turista, de paso por San Juan con su mujer y una hijita de muy corta edad, vivieron una situación muy fea en un colectivo de la Red Tulum. Una mujer que venía sentada en la parte de atrás del ómnibus dijo que alguien le había sustraído el teléfono celular. A partir de ese momento, todas las sospechas recayeron en el joven turista sólo porque era venezolano y su piel oscura, de afrodescendientes. No sólo fue tratado de manera descortés y humillante por la Policía sino que todas sus pertenencias fueron revisadas y le fue requerida documentación que no cargaba consigo porque la dejó en el domicilio donde estaba de visita. Lo peor del caso, es que tanto él como su pareja e hija, más la abuela de su pareja, estaban sentados en asientos de adelante donde ni siquiera pudieron tener contacto con la mujer que decía haber sido robada.
Es una vergüenza que se discrimine a alguien de ese modo por el color de su piel y que ante él hayamos quedado como provincianos ridículos que no sólo se vuelven a mirar con asombro a una persona porque tiene rasgos diferentes y que además que tengamos el prejuicio de tildarlo inmediatamente de delincuente. Apenas días después de haber presenciado esto, me entero que está vinculado a personas de mi amistad y todos han hecho lo posible por contener desde el afecto a un joven agradable, trabajador y buena persona que sólo vino a pasear y se lleva la peor de las impresiones a todo nivel, desde la forma en que reaccionaron las autoridades hasta el chofer de la línea y la acusadora.
Ada Gámez
DNI 14.991.576
