
Luego de permanecer casi medio día detenida, Anabella Recabarren, mamá de Talía, la joven asesinada en 2016 en Zonda, aseguró que es inocente y que hubo un error en el procedimiento. “Me trataron como una delincuente, pero yo no hice nada”, aseguró.
“Me llegó una citación a mi casa desde la Comisaría de Angaco, me presenté y cuando llegué me dijeron que por orden del juez tenía que quedar detenida. Le pregunté por qué y no me querían decir. Adentro está el asesino de mi hija y me querían juntar con él cara a cara, yo tiritaba”, relató la mujer.
Y agregó: “En ese momento me dicen que me tenían que llevarme a la Central. Y después de que pregunté muchas veces me informaron que Sosa Aguilar -la mamá de Ángel Morales, sospechoso del crimen de su hijo- es la que la que me había denunciado. Ella dice que pasé por su casa y la amenacé. Eso no pasó en ningún momento, yo no sé a dónde vive, sí fui a Angaco a una radio del departamento, pero no hice nada más”.
Después, la mujer pidió el traslado, para no cruzarse con el acusado de matar a su hija, quien está detenido en Angaco ya que, aunque había salido en libertad a fines del año pasado por ser menor (estaba alojado en el Instituto Nazario Benavidez) en los últimos días cayó por una supuesta amenaza contra un familiar de Talía. Por eso, la llevaron a la Comisaría de Albardón.
A la vez, afirmó: “Ahora dicen que fue todo por un error del juez -del 2do Juzgado en lo Correccional-, pero a mí me mancharon el nombre, me pintaron los dedos. Me llevaron esposada, me sacaron fotos, me hicieron una ficha como una delincuente. Dormí en el piso pelado. Me dicen ahora que fue una equivocación, yo quiero me limpien los antecedentes”. Y aseguró que inciará acciones legales contra el Juez y la familia de Morales.
