La Constitución como ley y piedra angular representa y expresa el sentir de todos y no de una mayoría o una minoría.

 

"Respetar la Constitución y no vulnerarla con mandatos de "re-re-elección" significa pensar en el bien común."

Más allá del esfuerzo por querer darse a entender, cada uno que pretenda el poder por sus intereses o los intereses aludidos generalmente de políticos, la democracia (un sistema de gobierno), no se puede manipular ajustando la Constitución a gobiernos indefinidos sin alternancia en el poder, pues, nadie en el mundo tiene la verdad absoluta ni por el suelo, sus riquezas o carencias e ideologías.

Tocar la Constitución constituye una violación cívica tratando de ignorante a un pueblo que "cree" en la "bondad" del político. La Constitución como ley fundamental es rectora de la convivencia cívica y no el argumento perfecto, pretendido por una ideología.

Como ley y piedra angular representa y expresa el sentir de todos y no de una mayoría o una minoría. Por otra parte, el poder no puede ser representado por "un ideal de persona" sea de la etnia que sea. Por ello hágase saber que todas las personas tienen razones pero ninguna tiene la verdad, por ello es vital y suficiente la alternancia en el poder. Respetar la Constitución y no vulnerarla con mandatos de "re-re-elección" significa pensar en el bien común. Respetar la capacidad de cada ciudadano significa que cualquiera puede ser elegido por un período de tiempo y no subordinar este a la perpetuidad.

Lo que generalmente sucede es que con la democracia y la Constitución las ideologías políticas de funcionarios y gobernantes quieren asegurar percibir los dineros o mensualidades desde el Estado generacionalmente por años sin pensar en el resto del pueblo. Asegurándose ello en cualquiera de los poderes, el Judicial, el Ejecutivo o el Legislativo, la familia, "tendrá la providencia" en sus manos y a los demás…que los parta un rayo.

Así, el monopolio del poder en todos los órdenes y hasta en los medios de comunicación mantiene su hegemonía. Para infernal información de estos ostentosos José Ingenieros escribió "El hombre mediocre".